Algunas familias se plantean dejar de acudir al centro Carlos Mir para poder mantener la paga para curas que percibían hasta octubre. F | Gemma Andreu

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Enfado, incomprensión y falta de sensibilidad por parte de la Administración. Así se sienten las familias de personas con un grado elevado de discapacidad y máxima dependencia que el pasado mes de octubre dejaron de percibir, sin previo aviso, la prestación para curas en el entorno familiar que llevaban una década cobrando.

Son en torno a cinco las personas afectadas por la decisión de la Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación del Govern. Dejan de percibir 258 euros mensuales que se destinan a los elevados gastos que estos grandes dependientes necesitan para garantizar en la medida de lo posible su calidad de vida. Los motivos de esta supresión radican en una incompatibilidad de prestaciones. Ya acuden a un centro de día. Es una u otra ayuda.

Fue en octubre cuando la paga mensual ya no fue ingresada. Tanto la Fundació de Persones amb Discapacitat de Menorca como Asinpros, y también algunas familias afectadas a título individual, remitieron cartas a la Conselleria de Fina Santiago para conocer los motivos de la supresión de una cuantía que «no cubre ni la mitad de los gastos que genera una persona gran dependiente» aunque «era una ayuda que aliviaba» a las familias, asegura el presidente de Asinpros, Orestes Carreras.

La notificación del Govern de que no iban a cobrar más esta prestación llegó a mediados de enero (la misiva está firmada el 22 de noviembre). Explica en este informe que en octubre del año pasado la Dirección General de Dependencia «ha sabido» del ingreso del interesado a un Centro de Día y que «es incompatible con la prestación de curas», de ahí que resuelva «suspender la prestación económica para curas en el entorno familiar a partir del mes de octubre por la incompatibilidad con la prestación de centro de día».

La Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación explica que tras detectar esta duplicidad de prestaciones ha procedido a «normalizarlo» para que «todas las personas estén en las mismas condiciones». Se reiteran en que «no hemos retirado ninguna ayuda sino que cobraban de más». A falta de conocer el número exacto de afectados, la Conselleria apunta que son en torno a cinco «y no hay más». Se trata, además, de casos «muy concretos». El departamento avanza asimismo que estudiará las opciones que pueda ofrecer a las familias para poderlas negociar «y que todo sea lo más normalizado posible».

Los afectados aseguran sentir desprotección y discriminación para quien más lo necesita, porque «lo quitan a los grandes dependientes», asegura la vocal de Familias de Asinpros, Paquita Vílchez. No entiende la decisión y la falta de sensibilidad por parte del Govern con las personas más desprotegidas. Y recuerda que estos grandes dependientes necesitan atenciones y una persona a su lado las 24 horas del día y los 365 días del año cuando «van al centro de día cuatro horas diarias». Consideran que la decisión tendría sentido si estuvieran en el centro toda una jornada, «pero no es el caso», afirma Vílchez. No logran entender que se aplique esta medida a quien va a un centro de día y no a quien asiste al centro ocupacional, «solo les separa un tabique cuando están en el aula, incluso hacen actividades juntos».

Para Orestes Carreras, «se trata de un criterio puramente económico, recortan a quienes más les cuesta», lamenta y pregunta por qué se toma ahora la decisión cuando «no se ha producido ninguna modificación de la ley».

Algunas familias se plantean dejar de acudir al centro Carlos Mir para poder seguir percibiendo la cuantía «porque la necesitan», de ahí que Asinpros no cejará hasta lograr que los grandes dependientes recuperen la ayuda.