La central de Maó se ha visto obligada a aumentar su consumo de combustibles fósiles para abastecer la demanda

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Los tres primeros meses sin cable de interconexión eléctrica entre Menorca y Mallorca se han saldado con un aumento del 15,2 por ciento de la producción eléctrica de la central de Maó, la única alternativa que le queda a Menorca ?más allá de las testimoniales fuentes renovables? para abastecer sus necesidades energéticas. El aumento relativo va en consonancia con la electricidad que se venía importando a través del enlace submarino en los últimos años, entre el 14 y el 15 por ciento del total, y se traduce en un aumento de las emisiones de CO2 en la planta de Maó de en torno las 11.000 toneladas.

Según los datos de producción eléctrica hechos públicos por el Institut d'Estadística de Balears (Ibestat), en los meses de noviembre y diciembre de 2017 y enero de este año la central térmica menorquina ha producido 95.647 Megavatios hora (MWh), mientas que en el mismo periodo un año atrás, cuando funcionaba el cable, la producción fue de 83.005,4 MWh. El aumento es de 12.642,4 MWh y responde a la necesidad de una mayor generación desde la planta mahonesa para suplir la falta de electricidad importada.

En el conjunto del sistema balear el aumento de la producción menorquina no supone un incremento de las emisiones ya que lo que se produce de más en Maó se deja de producir en el resto de centrales, pero a nivel local, principalmente en el entorno de la central sí que se produce un aumento de contaminación.

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