La patrulla del Seprona denuncia la mayor parte de los casos de pesca furtiva

TW
10

La vigilancia sobre el medio marino se intensifica. El Consell abrió 53 expedientes sancionadores por el comercio de pesca furtiva el año pasado, más del doble que en 2016, cuando tramitaron 24 denuncias. Los agentes del Seprona, inspectores de pesca y vigilantes de la Reserva Marina del Nord están más en guardia frente a la pesca ilegal y en 2017 abrieron expedientes sancionadores que terminaron en multas de, en algunos casos, hasta 9.960 euros, según datos del GOB.

De la cincuentena de denuncias, 21 corresponden a deficiencias de comercialización, es decir, cuando restaurantes, supermercados, pescadores profesionales o recreativos venden o transportan pescado sin poder demostrar su procedencia. El incremento de la vigilancia en la Reserva se tradujo en 11 denuncias, algunas relacionadas con la pesca con fusil, una práctica prohibida en esta área protegida.

El Seprona fue quien generó la mayor parte de las denuncias, 39, el año pasado. Inspección de pesca abrió 7 expedientes, los vigilantes de la Reserva, seis, y uno lo tramitó la policía local.

Tanto la patrulla de la Guardia Civil como los inspectores de pesca incidieron más en la vigilancia del producto pescado ilegalmente, algo que como explica el director de Medio Rural y Marino Miquel Truyol, ha marcado la diferencia de un año a otro. Además la barca de los vigilantes de la Reserva Marina del Nord también ha estado más activa.

Dos casos de comercio de nacras

Entre las ilegalidades detectadas una de las que destaca el GOB es la extracción de conchas de nacra, una especie protegida que no puede sacarse del agua aunque esté muerta. En los dos casos denunciados acumulaban muchos ejemplares, seguramente para su venta en el mercado negro, apuntan los ecologistas.

La vigilancia de los circuitos de comercialización del producto marino es «muy estratégica», recuerda el GOB para combatir la pesca no declarada que afecta a las especies que viven en aguas menorquinas.