Las franciscanas de Menorca ocuparon el primer banco en la celebración de ayer. | A. FULLANA

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La iglesia del santuario de la Mare de Déu del Toro se llenó ayer de personas de toda la Isla en la celebración eucarística para despedir a las monjas franciscanas. La congregación deja de servir en el santuario después de cincuenta años. La primera hilera de bancos de la iglesia estaba ayer ocupada por todas las franciscanas residentes en Menorca, entre ellas las dos que dejarán El Toro en las próximas semanas, sor María Bibiloni y sor Montserrat Pastor. También participó un numeroso grupo de sacerdotes menorquines.

La celebración fue presidida por el obispo de Menorca, Francesc Conesa, quien tuvo palabras de agradecimiento para la congregación y entregó a la representante del consejo directivo de la misma un cuadro con una pintura del santuario.

El acto de ayer fue una muestra del agradecimiento por el servicio humilde y continuo personalizado en las dos últimas franciscanas de El Toro. Un grupo de feligresas de la parroquia de Sant Martí se lo manifestaron con dos ramos de flores. También la organización que agrupa a los religiosos (Confer) expresó su gratitud a la congregación de franciscanas.

Después de la misa, se ofreció un aperitivo, en el que se degustó un pastel especialmente dedicado.

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