La gran mayoría de viviendas quedan excluidas de la actividad turística con la zonificación del Consell.

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El pleno del Consell aprueba hoy de manera inicial –se abrirá un periodo de alegaciones de un mes antes de la aprobación definitiva– la llamada zonificación del alquiler turístico, la delimitación de las zonas de la Isla en las que será posible arrendar una vivienda a turistas. La propuesta de la institución insular veta la actividad en suelo rústico, en los núcleos urbanos tradicionales, los pueblos, y en todas aquellas zonas que no están catalogadas como turísticas, a excepción de los núcleos de Fornells, Es Grau, Es Murtar, Sa Mesquida y Cala Sant Esteve, lo que a la vista del censo insular de viviendas que maneja el departamento de Ordenación Turística, supone dejar fuera el 64,2 por ciento, prácticamente dos de cada tres.

El censo elaborado por Silme a partir de los datos del padrón municipal muestra cómo de las 62.354 casas que hay en la Isla, entre viviendas plurifamiliares y unifamiliares, 40.047 están ubicadas en las zonas consideradas no aptas para el alquiler turístico, mientras que el censo de viviendas ubicadas en las zonas aptas, las urbanizaciones turísticas y las excepciones descritas anteriormente, es de 22.307, de las que 15.745 son viviendas en edificios plurifamiliares, bloques de pisos, y 3.946 son casas unifamiliares, ya sean aisladas, adosadas o entre medianeras.