Imagen del predio de Torre del Ram con la Talaia de Bajolí al fondo | Magda Clopés / Imatges de Menorca

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El mayor potentado del negocio de la sanidad privada en España, Víctor Madera Muñoz, que se ha hecho un hueco entre los cien empresarios más ricos de España con un patrimonio valorado en más de 700 millones de euros, ha puesto sus ojos en el mercado inmobiliario menorquín y de qué forma. En apenas un año ha adquirido seis importantes fincas que suman una extensión de más de 1.100 hectáreas, lo que representa algo más del 1,5 por ciento de la superficie de Menorca.

Pocos meses después de cerrar una de las mayores operaciones empresariales de la historia del sector sanitario mundial, la venta del grupo Quirónsalud por 5.166 millones de euros a la empresa alemana Fresenius, Madera se lanzó a una intensa labor de adquisición de terreno en Menorca. La primera y más grande de las fincas que adquirió fue la de Santa Anna, en Ciutadella, 244 hectáreas de terreno con un alto nivel de protección y con acceso a la emblemática playa de Macarella. En ella se levantan diversas construcciones que suman más de 600 metros cuadrados.

La siguiente adquisición de Madera, a través de la sociedad Encantos de Menorca, se formalizó en marzo del año pasado. Se trata del lloc Son Ermità, en Ferreries, con una superficie de 156,67 hectáreas. Situada en las proximidades de Cala en Calderer, cerca de Els Alocs, en la costa norte de Menorca, el lloc, que hasta el momento se ha dedicado a la producción agrícola y ganadera, cuenta con una casa principal de dos plantas de 400 metros cuadrados, una tahona (un antiguo molino de trigo), una boyera, un pajar y un almacén de 215 metros cuadrados, además de otras edificaciones, según recoge la información del Registro de la Propiedad.

Menos de tres meses después, el 22 de mayo de 2017 el magnate, también a través de la sociedad Encantos de Menorca, formalizó la compra de un predio contiguo de mayores dimensiones, el de Binidelfà. Es otra explotación agraria de 238 hectáreas ubicada también en Ferreries. La sociedad Encantos de Menorca, de la que Madera fue administrador único hasta junio de 2017, ya es propietaria del seis por ciento de la superficie del municipio menorquín.

Tan solo dos días después, el 24 de mayo, según figura en el Registro de la Propiedad de Ciutadella, se certificó la adquisición de otra finca emblemática de la Isla, la de Tirant Vell, ubicada en las cercanías de Fornells y con acceso a la playa de Cala Tirant. Son 194,27 hectáreas de terreno en el que, en su parte sur, se ubican un buen número de construcciones: la casa principal, varias tahonas, boyera, dos pajares, tres establos y dos eras, además de una porción –6,8 hectáreas– del llamado Estany Gran.

Encantos de Menorca, que actualmente gestiona un consejo de administración en el que el consejero es Celso González García, un viejo conocido de las empresas de Madera, no se quedó ahí. El verano pasado cerró la compra de otra finca de dimensiones más reducidas en Es Mercadal, Son Rubí, que linda al sur con Son Vives. Son 95,32 hectáreas de terreno y cuenta con casa, patio, dos establos, horno, molino, boyera, era y pajar, según la relación del Registro.

La última de las compras que ha llevado a cabo en Menorca fue desvelada por el diario digital «Lainformación». El 26 de octubre del año pasado se registró en Manresa la compra de la finca de Torre del Ram, al norte de Ciutadella, con acceso al cabo de Bajolí o cabo de Menorca y donde se ubica la Talaia de Bajolí, una torre de vigía del siglo XVII que está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y se encuentra en estado de semiabandono. La finca tiene una extensión de más de 180,34 hectáreas en las que también se ubica un edificio de 372 metros cuadrados que fue destinado por el Ministerio de la Marina a semáforo marítimo.

Adquisiciones

Menorca no es el único lugar hasta el que llegan los tentáculos inmobiliarios del hombre que más partido ha sacado de la concertación con la sanidad pública. Madera es calificado como un coleccionista de castillos y de otros enclaves emblemáticos que suele rehabilitar para transformarlos en negocios turísticos, previsiblemente la intención que está detrás de la adquisición de fincas en Menorca.