El palacete de Juan Ignacio Balada, en la plaza de Joan Borbó, está a la venta por 1,5 millones de euros

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La Casa Real todavía no ha vendido ninguno de los edificios del casco urbano de Ciutadella que heredó del empresario menorquín Juan Ignacio Balada, un año después de su puesta en el mercado.

Cuatro de los edificios que recibió en herencia la Casa Real siguen en venta. La agencia encargada desde hace un año de encontrar compradores de los inmuebles procedentes del legado del inversor de Ciutadella es la Inmobiliaria Artrutx.

Según ha podido saber este diario, la Casa Real y la Fundación Hesperia (creada para gestionar los bienes heredados) ha recibido varias ofertas para comprar los edificios legados, pero ninguna operación se ha ejecutado, al no prosperar las negociaciones debido a discrepancias con el precio.

En total son cuatro edificios los que la Casa Real y la Fundación Hesperia tienen en venta, que albergan el palacete residencial de Balada, diez viviendas, un local comercial y un garaje, valorados en un primer momento en unos 3,5 millones de euros.

El inmueble más importante es la que fue residencia de Balada, situada en la plaza Joan de Borbó. Es propiedad de los ocho nietos de los reyes eméritos. Con más de 500 metros cuadrados construidos, además de un solar adyacente apto para construir un bloque de pisos. Está en venta por 1,5 millones de euros.

El resto de inmuebles son de la Fundación Hesperia. Está en venta por 300.000 euros un edificio de tres plantas situado en la plaza Federico Pareja. En la planta baja está la cafetería Royal y en las dos superiores una vivienda.

Otro edificio en venta (por 175.000 euros) está en la calle Gustau Mas. Consta de un garaje y una vivienda de un piso, aunque tiene derecho a vuelo. Se trata de un edificio que requiere una reforma, ya que no está en muy buen estado.

El más difícil de vender será el bloque de ocho pisos de la calle Jerònia Alzina, ya que las viviendas están alquiladas, lo que ahuyenta a posibles compradores.

En busca de liquidez

El objetivo de la Fundación Hesperia al poner en venta estos bienes era conseguir liquidez y mejorar la situación financiera de la entidad, creada con el objetivo de sufragar actividades sociales.

Y es que desde que se creó la Fundación Hesperia en abril de 2010 (Baladá falleció en noviembre de 2009) han tenido pocos ingresos y muchos gastos. En 2011 destinaron para proyectos sociales 275.000 euros; en 2012 la partida bajó a los 100.000 euros; y en los años sucesivos se concedieron ayudas por un importe que oscilaba entre los 45.000 y los 25.0000 euros anuales. A ello hay que añadir la reforma de la farmacia Llabrès, cuyo presupuesto inicial era superior a los 500.000 euros. A finales de 2014 el patrimonio de la Fundación Hesperia ascendía a 5,72 millones de euros.