En la imagen, tomada este lunes, se aprecia que las cuevas y cavidades se han tapado. Además se ha prolongado el mirador de la izquierda en una decena de metros. En las próximas semanas se recuperará la acera | Javier Coll

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Incrementar la consistencia para evitar cualquier riesgo de desprendimiento es el objetivo principal de la actuación que el Ayuntamiento de Maó está llevando a cabo en uno de los tramos del acantilado que se alzan sobre la Costa de ses Voltes. Es una inversión preventiva, la primera en muchos años, pero se ha aprovechado para introducir cambios de cariz estético y funcional. Estas modificaciones han quedado al descubierto esta misma semana con la trabajosa retirada del imponente andamio que han utilizado los empleados de la empresa Geotecnia y Cimientos, que ejecuta la obra con un presupuesto de 438.000 euros.

El cambio de imagen más significativo corresponde a las distintas cuevas y cavidades que presidían esta parte del acantilado, algunas de ellas con paredes exteriores preexistentes. Se han cubierto para evitar riesgos mayores y favorecer la seguridad. La teniente de Alcaldía de Urbanismo, Dolors Antonio, comenta que se ha actuado en todo momento de acuerdo con el criterio fijado por los profesionales del Servicio de Patrimonio del Consell. «No son elementos de un gran interés, pero aún así se han documentado antes de cerrarse», explica. Las cuevas de abajo se han cerrado con pared seca, pero Patrimonio no consideró adecuada la misma solución para las superiores. «Ellos deciden, incluso el color del muro», explica, que se oscurecerá levemente con el paso del tiempo.

Otra de las mejoras ha sido la prolongación, en una decena de metros, del mirador al que se accede desde la parte superior de la Costa de Ses Voltes, aprovechando un rellano existente al que no se podía acceder y que estaba cubierto por las hierbas. En este punto, explica Antonio, quedan por realizar algunos acabados, como una valla de seguridad para que desde el mirador no se pueda acceder a una parte de rellano que todavía queda frente a las cuevas tapiadas. También se ha restaurado el muro de mampostería de unos 200 metros cuadrados y se ha retirado la vegetación descontrolada.

Las obras tienen todavía algunas semanas por delante, hasta final de mes aproximadamente, explica la concejal. Ahora, entre otras cuestiones, queda por recuperar la parte de abajo, a pie de calle, con la retirada del muro que se instaló en 2006 tras un desprendimiento y la reconstrucción de la acera en este mismo espacio para que los peatones puedan circular sin problemas por los dos márgenes de la Costa de Ses Voltes.

Justo enfrente, a pocos metros, aguarda su turno el tramo de acantilado sobre el que debe subir y bajar el futuro ascensor.