El PP propone medidas de urgencia para salvar la temporada. | Gemma Andreu

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La marcha de la temporada turística enfrentó ayer a la vicepresidenta del Consell y máxima responsable de Promoción Turística, Maite Salord, y a la portavoz del PP y predecesora en el cargo, Salomé Cabrera, quien se hizo eco de las alarmas que han saltado entre parte del sector turístico para acusar a Salord –de la que ha pedido su dimisión en la última semana– de inacción, seguidismo pasivo de las políticas heredadas, falta de empatía turística y una larga retahíla de adjetivos para explicar lo que entienden como un cambio de tendencia a peor que amenaza con agravarse en próximas temporadas.

Esperar para valorar

Los populares presentaron una propuesta de acuerdo con el objetivo de que se pongan en marcha medidas urgentes para paliar la pérdida de turistas que ya se ha vivido en abril y mayo y que, según sus vaticinios, se mantendrá a lo largo de la temporada. En respuesta, Salord reconoció que hay cifras en abril y mayo que «no nos gustan», pero también defendió que «no se puede afirmar que la temporada va mal» y en ese sentido apuntó a la cifra de crecimiento de pasajeros de junio, con cifras históricas que no se daban al menos desde el año 1990.

«Esperaremos al final de la temporada para valorarla», aseguró Salord, quien acusó al PP de caer en una «grave irresponsabilidad» al lanzar mensajes «catastrofistas» que, advirtió, «no son buenos para la economía y muestran debilidad ante los mercados». Salord recordó que la temporada pasada fue histórica y entendió que «los crecimientos no pueden ser infinitos y menos en una isla Reserva de Biosfera».

Cabrera afeó a la vicepresidenta primera del Consell que todavía no se hayan ejecutado los 300.000 euros de promoción acordados en la Fundació Foment del Turisme hace más de un año y acusó a Salord de no haber llevado a cabo políticas para fidelizar a los turistas ganados en los últimos años.

Salord recordó por su parte que las caídas de turistas registradas en abril y mayo dejan cifras que siguen estando por encima de las del año 2016 y muy por encima las que se vivían en los años en que gobernaba el PP en el Consell con Cabrera como máxima responsable de la política turística.