En Airbnb se anuncian desde casas con licencia o que podrían tenerla porque están ubicadas en zonas aptas como Es Grau (en la imagen) hasta pisos en el centro de las ciudades y otras viviendas que de ninguna manera podrían llegar a contar con licencia de actividad | Gemma Andreu

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El número de propietarios menorquines que anuncian sus casas en el portal norteamericano Airbnb ha descendido considerablemente en el último año. Desde que en agosto de 2017 entró en vigor la nueva Ley Turística, que establece sanciones de hasta 40.000 euros a los dueños que se anuncien sin número de licencia para el alquiler turístico, el número de anfitriones ha pasado de 1.700 a 1.423. Son 277 menos, lo que supone un descenso del 16,3 por ciento.

El año pasado, en plena temporada alta se contabilizaban 3.065 viviendas en alquiler en el conjunto de Menorca. Este año son 609 menos, un descenso del 19,8 por ciento que, no obstante, no evita que la oferta irregular, la que no cuenta con licencia o que –por las características de la propiedad o su ubicación– no podría tenerla, siga siendo abundante en Airbnb, donde siguen activos a día de hoy 2.465 anuncios.

Consecuencias

Es complicado conocer hasta qué punto esa reducción de la oferta tiene que ver con el endurecimiento de los requisitos y la amenaza de elevadas sanciones, que en el caso de los portales que albergan anuncios sin licencia pueden alcanzar los 400.000 euros; pero algunas cifras permiten hacerse una idea. En el último año el portal Rentalia ha implementado un filtro que solo permite anunciarse a los propietarios que disponen de número de registro oficial y las consecuencias no se han hecho espera.

Su directora general, Almudena Ucha, explicaba este lunes que tras poner en marcha esa medida ha desaparecido un tercio de la oferta, aunque también revela que hay propietarios que, aún disponiendo de licencia de actividad, «por dejadez», no exponían el número de registro y lo han hecho a partir del requerimiento.

Otras plataformas como la propia Airbnb y Homeaway han buscado la manera de burlar las sanciones administrativas, por ejemplo, cambiando el nombre de pisos por el de apartamentos o haciendo desaparecer términos como vacacional o de vacaciones de sus páginas.

Volviendo al análisis de la oferta en Airbnb, según los informes del portal de análisis de big data Airdna, la reducción de la oferta se ha centrado en los pequeños propietarios, es decir, en aquellos que solo anunciaban una vivienda, que han caído casi un 30 por ciento, mientras que el número de propietarios con más de una vivienda en la Isla han aumentado un 26,8 por ciento, y en el caso de los llamados «superanfitriones», esos que cuentan con al menos cinco propiedades, el número se ha disparado un 127 por ciento y ya representan el 11,7 por ciento del total.