La mayor parte del suelo industrial municipal de Poima IV Fase se ha empleado para la adquisición de un edificio para usos diversos

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La operación de compra del edificio conocido como de la Seat, ubicado en la plaza Miranda de Maó junto al Claustre del Carme, era una opción que llevaba mucho tiempo fraguándose, subrayada en la lista de objetivos, pero que siempre se daba por complicada por su elevado coste. Al final, el equipo de gobierno de Ara Maó y PSOE ha optado por materializarla con la permuta por solares de uso industrial ubicados en Poima IV Fase, en concreto por un 60 por ciento del suelo de esta calificación que obtuvo el Consistorio con este desarrollo culminado hace ahora once años y medio.

Durante este largo periodo de tiempo, con la crisis económica por medio, las catorce parcelas que se quedó la extinta sociedad municipal Promocions Urbanístiques de Maó SL (PUM) han permanecido aletargadas, sin un rendimiento concreto y significativo. Estas parcelas suman 15.467 metros cuadrados. Once son de pequeñas dimensiones, 501 metros cuadrados. Con la venta del edificio, Porto Real SL se hace con cinco de estas parcelas: las dos de mayores dimensiones (que sumas unos 8.000 metros cuadrados) y tres de las minis, que se utilizaron para cuadrar al euro los 1,2 millones y pico en que se tasó el céntrico edificio adquirido. En total, 9.532 metros cuadrados de suelo industral.

En estos momentos, el Ayuntamiento de Maó, que pasó a ser el titular directo de las parcelas con la desaparición del PUM, tiene todavía nueve parcelas en sus manos, ocho de las más pequeñas y una que alcanza los 1.927 metros cuadrados. En total, 5.935 metros cuadrados. Buena parte de esta superficie, algo menos de la mitad, está previsto que pueda albergar una nueva nave para la brigada municipal, que necesita un espacio después de que se haya elegido los Cuarteles de Santiago para acoger el nuevo centro para personas mayores. El Ayuntamiento de Maó también es titular de otras cuatro parcelas en Poima IV fase ajenas al PUM y con la calificación de equipamiento.

En su momento, allá por 2008, ocho de las parcelas más pequeñas fueron objeto de un convenio con el IDI para la implantación de naves modulares que facilitaran el florecimiento de nuevas empresas. En 2010 ya se tuvo que prorrogar la iniciativa ante la falta de demanda y, al final, se quedó en nada. La crisis. La general. Luego vino la crisis particular del PUM y su larguísimo proceso de disolución, que una vez resuelto ha permitido usar estas parcelas como moneda de cambio para un edificio al que se otorga una gran potencialidad. El PSOE de Maó emitió ayer una nota para fecilitarse por «una actuación que tendrá un impacto a medio plazo y en el futuro», conseguida gracias a «saber dialogar».

En cuanto a la posibilidad de continuar rentabilizando los solares propios, de Poima IV fase o los que sean, para operaciones similares, desde el Ayuntamiento de Maó manifestaron ayer que «ahora no hay ninguna operación en marcha, pero la idea es continuar utilizando el suelo municipal para la gestión urbanística».