La fosa del cementerio de Maó, donde están enterrados algunos de los ejecutados en La Mola, en los primeros años del franquismo. | Gemma Andreu

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Han pasado 40 años del fin de la dictadura franquista y cerca de 80 desde que acabó la Guerra Civil y todavía quedan heridas por cerrar. Aún sigue habiendo fosas comunes, personas desaparecidas, cadáveres sin identificar... en definitiva familiares que no saben dónde descansan sus allegados.

En cumplimiento de la ley de fosas y de las leyes de memoria histórica de ámbito nacional y autonómico, el Consell ha decidido actuar con el fin de recuperar la memoria de las 500 víctimas del bando republicano que murieron durante la Guerra Civil y el franquismo, explica el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria.

El Consell, a través del historiador Josep Portella, ha iniciado un trabajo para empezar con la identificación de los republicanos fallecidos durante el franquismo y detallar dónde descansan sus restos. La primera fase del proyecto (que está previsto que dure hasta junio de 2019) tiene un coste de 10.954 euros.

La primera parte del trabajo consiste en la identificación de las 150 víctimas, que en su mayoría fueron ejecutadas en La Mola en los primeros años del franquismo, y cuyos restos fueron trasladados a la fosa común del cementerio de Maó. Muchos de ellos aún yacen allí, aunque también algunos fueron trasladados en su día a otros municipios de Menorca e incluso fuera de la Isla. No va implicar exhumaciones de cadáveres, ya que los restos están identificados y documentados.

Portella lo que hará, a través de las causas militares que consulte en el Archivo Militar de Balears, el registro del cementerio de Maó y la bibliografía publicada, detallar dónde fallecieron cada una de las víctimas, dónde fueron enterradas y los posteriores movimientos de los restos de cada una de ellas, explica el historiador.

Paralelamente, Portella también iniciará un trabajo de investigación, que debe culminar con una ficha biográfica de cada víctima republicana. Consciente de que el trabajo es arduo, al haber medio millar de muertos, se ha decidido que el primer año se acote a unas 40 biografías, aunque la idea es a medio plazo completar el listado y publicarlo.

Se prevé que en el transcurso de la investigación surjan interrogantes sobre desaparecidos o cuerpos sin identificar, que en cumplimiento de la leyes, se tendrán que responder. Este puede ser el caso por ejemplo de menorquines ejecutados en Mallorca y enterrados en fosas comunes de la isla vecina. Por ello, está previsto que los familiares de desaparecidos que así lo deseen se hagan muestras de ADN, para incorporarlas al banco de datos creado para poder facilitar la búsqueda e identificación de desaparecidos.

Y aquí es cuando deberá entrar la Comisión de Fosas de Balears, que es el ente que gestiona la base de datos de ADN, y el Govern que es el responsable de pagar posibles exhumaciones o traslados de restos de las víctimas. Como representante menorquín en esta comisión ha sido designado recientemente el historiador Miquel López Gual, que tendrá la función de trasladar las peticiones de los familiares menorquines.

También se contempla que la investigación aporte datos sobre las fosas donde están enterradas las víctimas republicanas y se pueda elaborar, como se ha hecho ya en Mallorca, un mapa básico de fosas de Menorca.

Se calcula que del bando republicano fallecieron durante la guerra y en el franquismo unos 500 menorquines o personas relacionadas con Menorca. De ellas, unas 150 fueron ejecutadas en La Mola, otras 65 fallecieron en Mallorca (entre ejecutados por sumario militar y asesinados), 16 en Cartagena y 6 en otros lugares de España. El resto fallecieron en los frentes de guerra, en los bombardeos sobre Menorca, en accidentes ocasionados por la contienda, en las cárceles franquistas, en campos de concentración, por suicidio, a los que hay que sumar los desaparecidos.