‘Tan senzill com ser natural’. Es el mensaje que presidió la sala de plenos durante la presentación pública del plan. En el estrado, la presidenta del Consell, Susana Mora, el conseller del ramo, Javier Ares y Núria Asensio, del equipo redactor. | Javier Coll

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El Consell hizo ayer público el contenido del primer Plan de Acción de la Reserva de Biosfera de Menorca, una hoja de ruta a siete años vista, hasta 2025, que busca definir un modelo de desarrollo sostenible y cumplir con las exigencias de la Unesco. El documento define una enorme cantidad de acciones para cuya ejecución se requiere una inversión fija estimada de casi 21 millones de euros y un gasto anual de mantenimiento y seguimiento de las iniciativas de 4,7 millones de euros, lo que arroja un volumen de inversión de, al menos, 53 millones de euros, entre los que se incluyen también partidas ya previstas y aportaciones de otras administraciones.

La directora insular de la Reserva de Biosfera, Irene Estaún, defendió que se trata de un plan «muy ambicioso, pero realista» que recoge proyectos e iniciativas que ya se están llevando a cabo y también novedades encaminadas a reforzar e impulsar el compromiso de Menorca con la sostenibilidad, con medidas para reducir el consumo energético, avanzar hacia las renovables, disminuir el consumo de agua y la generación de residuos, proteger la biodiversidad y combatir las amenazas sobre el territorio, además de promover la formación en los valores sostenibles, todo ello con una visión transversal que interviene en prácticamente todos los ámbitos de gestión.

«El objetivo es que el desarrollo económico no vaya en detrimento de los recursos naturales y de la población», aseguró Estaún, quien destacó la puesta en marcha de multitud de indicadores y estudios para que la toma de decisiones se lleve a cabo con una base. Poco después, el conseller de Medio Ambiente, Javier Ares, abrió el acto público de presentación refiriéndose a la jornada como «día grande» por el advenimiento de un plan —ha tenido un coste de más de 60.000 euros– que «nos ayuda a responder a la pregunta de hacia dónde queremos ir», una ruta de siete años y, al menos, tres mandatos.

Ese carácter de hoja de ruta a largo plazo, que implica que su ejecución se desarrolle a lo largo de diversas legislaturas hacía ayer especialmente relevante la reacción del Partido Popular. La respuesta fue una oposición frontal al contenido del plan: «Decimos sí a la Reserva de Biosfera, sí a un plan de acción, pero no a este», aseguró la presidenta del PP, Misericordia Sugrañes, quien acompañada de la portavoz del Grupo Popular en el Consell, Salomé Cabrera, calificó el plan de «extremadamente caro, hiperbólico, porque pretende regularlo todo, y muy intervencionista».

La principal crítica de los populares es que, a su juicio, se olvida de una pata fundamental de la Reserva de Biosfera, «el crecimiento, que los menorquines que se han ido tengan oportunidades para volver», centrándose «en prohibir, limitar y avanzar hacia el decrecimiento con la Reserva de Biosfera como excusa».

Desde el PP entienden que un plan de esta envergadura debería haberse consensuado desde el principio con la oposición y en ese sentido reclaman que el documento no sea aprobado, que se deje encima de la mesa y que sea revisado con todos los grupos. En el caso de que, como todo parece indicar, el Consell lleve a aprobación definitiva el documento, el PP asegura que si gobierna revisará muy detenidamente «qué cosas son reales, qué cosas se pueden llevar a la práctica y qué cosas, no».