Xavier Ramis, Pedro Puigdengoles, Marc Pons, Joana Gomila y José Bosch, ayer en el puerto de Ciutadella . | Josep Bagur Gomila

TW
9

«Cuando finalicen las obras, Ciutadella tendrá un puerto totalmente distinto al que ha tenido hasta ahora». Así anunciaba la alcaldesa, Joana Gomila, el inicio, una vez finalizada la temporada turística alta, de la segunda fase de la mejora integral del puerto interior de Ciutadella.

Unas obras, asegura, que no solo implican el embellecimiento del mismo, sino que también permiten una mejora de sus infraestructuras. «Siempre hemos creído que son trabajos muy necesarios», apunta Gomila.

Además, esta segunda fase pretende solventar los problemas relacionados con la red de alcantarillado y los vertidos residuales que se generan con frecuencia en el puerto.

Esta vez, los trabajos afectarán al muelle de la ribera sur, entre la zona de la Colársega y el Club Náutic, tramo que se cerrará el tráfico rodado a partir del día 15 de este mes. El objetivo, según señaló el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, es que estén finalizados el próximo mes de mayo.

Asimismo, recordó que la inversión de 2’3 millones que se realiza con esta segunda parte de las mejoras, está dirigida a reconstruir el muelle de cantil y a su repavimentación, concretamente, entre el muelle y la muralla, para crear una plataforma única. Además, también se renovarán las redes de servicios y se preparará el soterrado de las redes de baja tensión y telefonía. También, se eliminará la estación de bombeo actual ya que las aguas residuales se impulsarán desde la estación de la Colársega. Esta última intervención permitirá evitar que se produzcan los vertidos residuales mencionados. Aún así, Pons anunció que se revisara si ha habido alguna ruptura de las canalizaciones que pueda estar ocasionando los problemas de vertidos.

En total, la suma global invertida ascenderá a 3,3 millones que según Pons, permitirán «una calidad urbana inmejorable en el puerto». Además, el conseller balear recuerda que las obras iniciadas obligarán a quitar los toldos de los establecimientos de restauración de la zona. Una oportunidad, bajo su punto de vista, para buscar una alternativa a los mismos, que por ley deben desengancharse de la muralla.