El cable submarino entre Menorca y Mallorca, en desuso desde octubre de 2017, fue uno de los primeros que se instaló en España | R.E.

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El Govern lo advirtió hace más de trece años, pero no sirvió de nada. La revisión del Plan Director Sectorial Energético de Balears, aprobada en septiembre de 2005, ya subrayaba la inminente necesidad de «repotenciar o, en su caso, sustituir la actual interconexión entre Mallorca y Menorca para adaptarla a las necesidades de garantía y calidad de abastecimiento eléctrico». La razón esgrimida, «la previsión de que en el horizonte temporal de este plan director se llegue a la saturación ya que se trata de una infraestructura –el cable– realizada en el año 1975».

La advertencia, presente en un documento aprobado en tiempos del Govern de Jaume Matas y que no tuvo repercusión en las planificaciones estatales posteriores, destaca que el plan energético vigente entonces, aprobado en 2003 y valedero hasta 2011, no contemplaba ninguna actuación en la interconexión entre Mallorca y Menorca «al tratarse –recoge el Govern en su plan sectorial– de una infraestructura existente».

En ese documento estatal de planificación energética se postergaba a «próximos ejercicios de planificación» el «estudio» de la ampliación de la capacidad de transporte actual entre Mallorca y Menorca. En el momento de la aprobación de ese plan a nueve años vista quedaban doce para que el cable cumpliera su teórica edad de jubilación, calculada en torno a los 40 años. Y no había ni una sola mención a la antigüedad de la infraestructura.

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Tampoco la planificación energética posterior, referente al periodo 2008-2016 introdujo la necesidad de sustituir el viejo cable eléctrico, a pesar de que para el horizonte final del plan ya se habría superado el periodo de vida útil de uno de los primeros cables submarinos que se instaló en territorio español.

En su lugar, sí que ya se plantea negro sobre blanco por primera vez en un documento vinculante, aunque con un nivel mínimo de prioridad, la instalación de un nuevo enlace. Se empieza a hablar entonces de la doble conexión eléctrica, pero sin mención a la necesidad de que para que ese doble enlace sea una realidad debía asegurarse el funcionamiento del existente.

Tampoco en la planificación posterior, la que está vigente –aunque ya ha sido modificada por la urgencia– se recoge la necesidad de sustituir el cable. Simplemente se da –esta vez sí– prioridad al segundo enlace que, a la postre, se convertirá en el primero cuando esté operativo, en principio a mediados de 2020, un plazo en el que tenían que haber dos cables. Será después, en un plazo todavía sin determinar, cuando se construya el segundo enlace que debe dar todas las garantías de suministro para Menorca.