Una embarcación trabaja en labores de reparación del cable en agosto de 2016

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Desde 2010, el año en que Red Eléctrica adquirió los activos de la red de transporte, hasta finales de octubre de 2017, cuando en enlace submarino con Mallorca dejó de funcionar, la compañía acumuló un volumen de gasto de doce millones de euros solo en mantenimiento y reparaciones del viejo cable, lo que equivale a una media de más de 1,7 millones de euros anuales para prolongar el funcionamiento de una infraestructura que compró –junto al resto de activos– con una antigüedad de 35 años y que dejó de estar operativo con 42 años cumplidos.

Aunque la vida útil estimada del viejo enlace era de unos 40 años, Red Eléctrica trabajaba sobre el escenario de la prolongación de su operatividad, al entender que, de no haber sido por el impacto del ancla de un barco que en julio de 2016 seccionó el enlace dejando inservible la fase de reserva, la conexión seguiría funcionando, como asegura el delegado regional de la compañía en Balears, Eduardo Maynau.

Ese volumen de inversión en el mantenimiento del viejo cable forma parte del conjunto de las actuaciones de mantenimiento y mejora de la infraestructura de transporte que la compañía llevó a cabo desde 2010 en el ámbito menorquín, un desembolso total para la empresa de 54,4 millones de euros que incluyen la sustitución de dos tercios de la red de transporte de electricidad, de 160 torres, 564 cadenas de aislamiento y cinco interruptores de la red de transporte.

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El viejo enlace, instalado en 1975, era –es, ya que no está prevista su retirada a corto plazo– uno de los más antiguos de España, un ranking que encabeza uno de los dos circuitos que conforman en enlace entre Eivissa y Formentera, que data del año 1972 y que, según confirman desde Red Eléctrica, no ha llegado a ser sustituido, aunque está en trámite la instalación de un nuevo enlace entre las islas pitiusas antes de que finalice el año 2020.

Operativa irregular

Antes de que el 27 de octubre del año pasado el cable dejase de funcionar de forma definitiva –el constructor aseguró a la compañía que no tenía arreglo–, el enlace ya había dado muestras de poca fiabilidad, con un funcionamiento muy irregular. Según el registro diario de la llamada estructura de generación, el origen de la energía, que publica Red Eléctrica, el cable pasó largos periodos inoperativo, el más prolongado entre el 2 y el 31 de mayo de 2017, con posterioridad al incidente con el ancla de una embarcación.

En total, de octubre del año 2016 a octubre de 2017, los últimos doce meses antes del fallo final, el enlace estuvo inoperativo 60 días a lo largo de diversos periodos. El último año natural completo antes de la rotura, 2016, el balance de días en que Menorca vivió en la práctica una situación de aislamiento eléctrico, pudiendo usar solo la producción local, fue de 66 días, incluidos 16 días en pleno mes de agosto y 21 días consecutivos entre octubre y noviembre del citado año.