El estudio publicado en la revista «Papers» que edita el IME informa de que casi el 30 por ciento de los desalojos registrados en Maó se concentran en el centro histórico. Junto a los barrios de Molí des Pla y Tanques del Carme son las zonas de mayor concentración de desahucios | Javier Coll

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El precio de los alquileres se dispara. Los inquilinos no pueden pagar y acaban siendo desahuciados. Los centros históricos de las ciudades se vacían y los inmuebles acaban en bolsas para el alquiler turístico. Así se presenta el panorama actual de la vivienda en las principales ciudades de la Isla. El precio medio del alquiler en el núcleo urbano de Maó ha escalado hasta los 750 euros mensuales y hasta los 630 euros en el área urbana de Ciutadella.

En solo un año Maó ha visto disparar sus precios para el alquiler de viviendas casi un 14 por ciento, ya que el año pasado suponían un desembolso mensual de 656 euros. En el caso de Ciutadella los incrementos rozan el 10 por ciento teniendo en cuenta que en el ejercicio pasado la media rondaba los 572 euros.

Así se desprende del estudio elaborado por los profesores del Departamento de Geografía de la UIB, Sònia Vives-Miró y Onofre Rullan y que se recoge en el cuarto número de la publicación «Papers» que edita el Institut Menorquí d’Estudis. El aumento del precio del alquiler es uno de los factores esenciales en la transformación urbana de las ciudades y hay que tenerlo en cuenta a la hora de analizar los procesos de desplazamiento de residentes locales, el conocido fenómeno de la gentrificación. Los autores del estudio constatan que diez años después del estallido de la burbuja inmobiliaria, Menorca «está siendo escenario de una nueva e incipiente burbuja inmobiliaria que afecta principalmente a las viviendas del alquiler».

Los datos a los que hace referencia este estudio demuestran, a su vez, que mientras que en el caso de Ciutadella, existe una relación directa entre estos incrementos en el precio con el impacto del alquiler vacacional y la gentrificación, en Maó no es atribuible a este fenómeno sino a otros más clásicos. Y por tanto, pese a detectarse síntomas de gentrificación en Maó, «no se puede hablar de esta inmersión, no ha avanzado aún hacia la gentrificación turística». Sin embargo, Ciutadella está claramente inmersa en un proceso de despoblación que, a su vez, está íntimamente relacionado con las viviendas que se publicitan en portales de comercialización turística como Airbnb.

Esta realidad está vinculada a otra: los desahucios a inquilinos por impagos. Menorca ha concentrado de media 83 desalojos de arrendatarios al año. Desde 2003 y hasta 2016 y, en base a los datos de los juzgados de primera instancia, ha habido 1.086 casos.

Maó concentra el mayor número de desahucios a inquilinos con 426 casos, 27 más que los registrados en Ciutadella. Sònia Vives-Miró indica que «el empobrecimiento es más elevado en Maó porque hay más desalojos y en cuanto a los precios de la vivienda, existe una mayor polarización». Si tomamos como referencia los barrios, casi el 30 por ciento de los desahucios se localizan en el centro histórico. Hay otros dos áreas, Es Molí des Pla y Tanques del Carme, que también muestran cifras significativas de desalojos. Pese a ello, no existe relación entre desahucios y oferta turística.

Y en el caso de Ciutadella, entre 2003 y 2016 se produjeron 399 desahucios. Y por zonas, la mayor agrupación se concentra en las urbanizaciones del sur como Santandria, Son Blanc, Sa Caleta y Cala Blanca y en el centro histórico, especialmente el área entre Ses Voltes y la Avinguda Jaume I. En el centro de la ciudad se han registrado 11,7 desahucios por kilómetro cuadrado. En el conjunto de Ciutadella, se han producido 41 por cada 1.000 viviendas. Se concentran donde prolifera el alquiler vacacional.