Interior del Convent de Sant Diego durante una de las actividades realizadas. | Gemma Andreu

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«Ya parece la Sagrada Familia». Así resumía ayer la portavoz de Junts per Lô, Maria Camps, las interminables obras que deben permitir que el Convent de Sant Diego de Alaior se abra como un nuevo atractivo cultural. Las tramitaciones urbanísticas se eternizan. La primera fase de reforma no tiene el certificado de final de obra, y la segunda aguarda aún licencia municipal. Tampoco está resuelto el nuevo Plan de Usos, ni qué figura jurídica va a gestionar el edificio. Y no hay consenso sobre quien debe ejecutar la expropiación de las viviendas que lo envuelven.

El edificio se compró en 2005. La primera fase de obras se prolongó por espacio de seis años y concluyó en 2016. Aún no tiene certificado de final de obras. La Agencia de Estrategia Turística de Balears (Aetib) debe subsanar una serie de deficiencias que «se resolverán en poco tiempo», indican desde el organismo.

Las actuaciones que no se ejecutaron por falta de partida económica se incluyeron en el impuesto de turismo sostenible de 2016 por valor de 884.693 euros. Incluye la climatización, el centro de gastronomía y la restauración de las grisallas. La Aetib solicitó licencia hace en torno a un año. El Ayuntamiento de Alaior asegura que dispone de dos de los tres informes necesarios por lo que prevé otorgar licencia en breve, este mismo mes.

Otro de los atascos que acumula el Convent de Sant Diego es el Plan de Usos. El documento de intenciones se modificó. Junts per Lô denuncia que «desde mayo de 2017 está entrado en el Ayuntamiento y el equipo de gobierno no lo ha movido». Y el PP informa que está trabajando en el documento, que se ha retrasado porque «hubo alegaciones». En breve verá la luz. Y concreta que ni la licencia municipal ni el final de obra (citados anteriormente) están pendientes de este documento.

El Ayuntamiento de Alaior indica que los tres procesos que requieren celeridad (Plan de Usos, final de obra y licencia municipal) están ya en su recta final. Diferente es el caso de la adquisición de las casas que envuelven el Convent y que han sido incluidas en el último reparto de la ecotasa. Está encallado. El Ayuntamiento considera «incomprensible» que «nos den el dinero, expropiemos para luego devolvérselo». Y la Aetib dice que es una negociación municipal.

El Consistorio indica que los continuos cambios tanto en la Aetib como en la Conselleria de Turismo no han ayudado a agilizar los trámites. Y su preocupación radica en «cómo se pondrá en marcha y cómo se mantendrá el Convent».

Junts per Lô asegura que las demoras y las tramitaciones urbanísticas están «enredadas desde hace demasiado tiempo», de ahí que hiciera una serie de preguntas al Consistorio que fueron «curiosamente» respondidas ayer.