Salvador Botella y Héctor Pons cruzan la mirada y cruzaron también las más duras alusiones entre ambos en el pleno de ayer tarde. | Javier Coll

TW
12

Maó aprobó anoche unos presupuestos municipales de 39 millones de ingresos y 36 de gastos para 2019 concebidos desde la «prudencia, la moderación y el realismo», en palabras de Jordi Tutzó, quien también aludió a la dificultada añadida de la incertidumbre de la normativa estatal. Sin embargo, contienen más gasto de personal y más subvenciones, medio millón de euros, según Salvador Botella. El PP concluye que los presupuestos municipales aprobados anoche en Maó son electoralistas.

La intervención de su portavoz revela un incremento de la presión fiscal de 2,1 millones (9,24 por ciento) de 2015 a 2019 al comparar la recaudación en impuestos directos (IBI), indirectos y tasas. Una comparación improcedente corregida por Tutzó, porque ni los impuestos ni los precios públicos ni las tasas se han modificado, «si mejora la recaudación es por regularizaciones del IBI y el mayor uso de los servicios municipales», apuntó el responsable de Hacienda.

En la comparación destaca el aumento de las plusvalías, 400.000 euros más en las previsiones del año que viene. Corresponden principalmente a las generadas por herencia y «entendemos que tendrían que desaparecer, es un impuesto injusto y retrógrado, que además produce una auténtica extorsión a la ciudadanía», en palabras de Botella sobre un asunto que quedó sin respuesta más allá de la observación de Tutzó sobre los deberes sin hacer del Estado.

El PP extiende su perplejidad ante la reducción de la ocupación de vía pública que se cobra a feriantes y ambulantes, que pasan de 89.000 euros globales de este año a 72.000 el que viene, 17.000 euros menos, un presunto trato de favor y «un auténtico agravio comparativo y discriminatorio con el resto de comerciantes de Maó», acusó el portavoz popular. El socialista Héctor Pons refutó esa crítica señalando que este año, hasta octubre, se han cobrado por ese concepto 116.000 euros, por lo que el importe resultante final será superior.

En el análisis de los ingresos no pasa desapercibida la aportación de tributos directos del Estado, un 1,46 % menos, que ahora, con el Gobierno central socialista «no genera quejas. Sin duda, esta reducción debe estar justificada para financiar los desplazamientos aéreos del señor Pedro Sánchez», ironizó Botella.

En el capítulo gastos advierte el tono electoralista de las cuentas al incrementar de 433.250 a 522.000 el presupuesto para subvenciones, que además son nominativas y no de libre concurrencia y que «se llega al extremo del reparto de las mismas al 50 por ciento» para las áreas gestionadas por PSOE y Ara Maó, acusación que sorprendió a los concejales de estas agrupaciones y que, por boca de Pons, están justificadas por la obra y trayectoria de entidades como el recién galardonado Grupo Filatélico.

Más importante resulta el gasto previsto en el capítulo de personal, que en el conjunto del mandato registra un incremento de 1.060.069 euros, un 9,18 por ciento más, respondido por Tutzó por, entre otras cosas, el incremento acordado por el Estado.

Asuntos clásicos como el Conservatorio, «que en Eivissa financió en su totalidad el Govern» o el conflicto con Hidrobal aparecieron también durante las tres horas que duró el debate y en el que no intervino por ausencia Andrés Spitzer, concejal de Ciudadanos de Menorca.