Parte del desfile en plena calle con motivo de la Pascua Militar | J. Coll

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En 2018, por primer vez en 17 años, la celebración de la Pascua Militar abandonaba las dependencias interiores del Palacio de Isabel II para salir al aire libre y trasladarse al patio de la sede del Gobierno Militar en Menorca. Ayer el acto militar que mantiene viva la tradición instaurada en el siglo XVIII por Carlos III para felicitar a las tropas por haber recuperado Menorca del dominio británico dio un paso más y salió a la vía pública. Una sección de honores del Regimiento de Infantería Palma 47, llegados a la Isla en helicóptero, protagonizó un recorrido de alrededor de cien metros por la calle Isabel II, entre las calles Bon Aire y Rector Mort, con apenas presencia de vecinos ?no se había anunciado? y ante la atenta mirada de una nutrida representación de las autoridades militares, políticas y eclesiásticas.

Esa fue la gran novedad de una celebración que un año más presidió el comandante general de Balears, Juan Cifuentes Álvarez, quien recién llegado del Palacio de la Almudena de Palma, ofreció un discurso de exhaustivo balance de la actividad de los Ejércitos y la Armada en el último año. En lo referente a Balears, hizo especial hincapié en la actividad del Módulo de Emergencias que, tras recibir la certificación en 2017, protagonizó su primera intervención real con ocasión de las riadas del Llevant mallorquín, así como de la intervención de la Unidad Militar de Emergencias en el gran apagón provocado por el cap de fibló de finales de octubre.

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