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El 2018 ha sido algo insólito en materia de meteorología, en diferentes aspectos, según revelan los datos aportados desde el Servicio Oficial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears.

Menorca ha rebasado, en un mismo año, su récord de precipitaciones desde 1965, de temperaturas máximas en varios meses, ha experimentado el doble de rissagues de lo habitual y ha registrado un cap de fibló que, además de causar el mayor apagón del siglo XXI, ha sido el que ha tenido un recorrido más largo.

Una serie de fenómenos que, puestos en común, pueden atribuirse a los efectos del cambio climático que los expertos relacionan directamente con la proliferación de los fenómenos meteorológicos extremos.

De media, en el último año se han registrado en Menorca 889 litros por metro cuadrado, lo que supone una anomalía de 71 por ciento, dado que lo habitual es que precipite unos 520 litros al año.

Los puntos donde más lluvia ha caído son Es Mercadal (1.034 litros) y Ciutadella (822 litros). En general, todos los meses han sido lluviosos a excepción de abril, septiembre y diciembre. Aunque el más lluvioso de todos fue octubre, con una precipitación media de 200,5 litros por metro cuadrado y una anomalía del 179 por ciento, lo que significa el doble de lo normal en ese mes, y que iguala el número de litros caídos durante todo el otoño en la Isla.

Asimismo, también se han superado algunas marcas del número de litros precipitados en 24 horas. Así, el 1 de noviembre cayó en Fornells, concretamente, en ses Casetes Velles, un total de 140,51 litros, seguido del 27 de octubre, donde en el mismo punto anterior, precipitó 82,9 litros.

Estos registros de lluvia anotados por Aemet contrastan con las altas temperaturas registradas durante algunos meses de invierno. Aunque la temperatura media global del 2018 ha sido de 17,8 grados, una cifra que se sitúa 0,5 grados por encima de lo normal, las anomalías más destacadas en cuanto a calidez se produjeron en enero y en abril. La media en ambos superó a la normal con 1,4 grados por encima.

Además, al principio y al final del año se alcanzaron récords de temperatura máxima con la marca de 21,6 grados el 4 de diciembre y 21,2 grados el 4 de enero. Es decir, desde 1965 no se había alcanzado este nivel de calor en los citados meses. Además, cabe recordar la ola de calor que se sufrió del 1 al 5 de agosto en la que se alcanzó la máxima del año de 35,9 grados.

Por otra parte, las temperaturas más bajas del año tuvieron lugar en febrero, destacando el día 24 (0,2 grados).

Cambio climático
La suma de estos récords en temperaturas máximas con los de precipitaciones ilustran el pronóstico que hizo en su día el exdelegado de la Aemet en Balears, Agustí Jansà, en declaraciones a este periódico, cuando recordó que el cambio climático supone un aumento de la temperatura, que deriva en un incremento de la capacidad de producir lluvias intensas y fenómenos meteorológicos extremos.

Al hablar de fenómenos extremos la Aemet destaca el tornado que se produjo el 28 de octubre, que atravesó la Isla de sur a norte, afectando, principalmente, el municipio de Alaior, que fue clasificado en la categoría de la escala mejorada de Fujita EF1 y donde se registraron rachas de viento de hasta 140 kilómetros por hora. Despunta, también, por la longitud de su recorrido, de uno 20 kilómetros cuando, normalmente, suelen ser de entre 2 y 5 kilómetros.

Por último, el número de rissagues en el puerto de Ciutadella, que deja el 2018 (siete), duplica la cifra habitual por año (tres o cuatro). En especial, sobresale la del 16 de julio con 1,5 metros de amplitud. Una oscilación de gran envergadura que se notó, incluso, en aguas de Mallorca, Eivissa y Formentera.