Un grupo de trabajadores frente a la entrada principal de la fábrica de Quesería Menorquina

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La sentencia del juicio que enfrentó a Quesería Ibérica contra Quesería Menorquina y los directivos de esta ya es firme al no haberse presentado recursos por ninguna de las tres partes implicadas. El plazo para recurrir la resolución del magistrado Fernando Pinto se cerró ayer a las 15 horas. Por tanto, la sentencia es firme y libera a la empresa menorquina de la fusión empresarial que perseguía la demanda de la palentina.

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Como se recordará, la vista oral del juicio se celebró a principios de diciembre durante tres largas jornadas, veintidós horas de declaraciones y una docena de testigos. Adolfo Pérez, de Quesería Ibérica, que contaba con el apoyo de parte de la plantilla de la planta mahonesa, había presentado una demanda exigiendo el cumplimiento del acuerdo que las dos empresas habían firmado en octubre dirigido a la fusión de ambas empresas.

Sin embargo, la debilidad patrimonial y financiera de Ibérica, puesta de manifiesto durante la vista oral a través de diversos y contundentes informes periciales, sirvieron de principal argumento para desestimar la demanda y liberar a Menorquina del cumplimiento de dicho acuerdo.