Imagen actual del pavimento en la avenida Francesc Femenias, la Ronda de Maó, una calle muy transitada. | Gemma Andreu

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Cerca de quince kilómetros de calles tanto en cascos urbanos como en urbanizaciones de los municipios menorquines necesitan reparación urgente, están en mal estado, con baches –en algunos casos ya socavones–, o sin pavimentar. Una situación viaria que ha mejorado en Maó, Alaior y Es Castell pero no tanto como era de esperar con la millonaria inversión realizada en 2018 para reparar la cicatriz que dejó la instalación de la red pública de fibra óptica en toda Menorca.

Ciutadella se mantiene en el primer puesto del ranking pero empeora, ya que si un 91,55 por ciento de sus calles están en buen estado, hace tres años esa proporción era del 94,6 por ciento. Es Mercadal y Es Migjorn también descienden en la nota a su red viaria, Sant Lluís se queda igual, con un 82 por ciento del callejero en condiciones –su verdadero suspenso sigue estando en las urbanizaciones como Alcalfar, Punta Prima, Biniancolla y sobre todo, Binibèquer Nou y Binissafúller–, y Ferreries también se mantiene, con un 80,2 por ciento de su entramado de calles en buen estado y el menor número de metros que requieren reparación, situados en su polígono industrial y comercial.

Estos son los últimos datos de la encuesta de infraestructuras y equipamientos locales que los municipios remiten al Ministerio de Política Territorial y Función Pública y que se recogen, detallados sobre el mapa de Menorca, en el portal digital de cartografía del Consell, el IDE.

Maó tiene en la vía de ronda uno de sus principales problemas de conservación viaria; la carretera que sirvió para que se expandiera la ciudad, convertida en calle, soporta un intenso tráfico y está claramente deteriorada. Son 1,2 kilómetros, entre las rotondas de Abu Umar y la del cruce con la avenida Josep Anselm Clavé, los que se llevan la peor parte y necesitan arreglo urgente. Otras calles que aparecen en rojo en el mapa del estado de conservación viaria son las de Gràcia (en su conjunción con Ramón y Cajal y en dirección a Infanta); Sant Jordi, Sant Albert, Duc de Crillón y Costa d’en Deià, además de la Costa des Muret, en el muelle de poniente, cerrada desde hace años por los desprendimientos. Maó tiene un 67 por ciento de calles en buen estado, pero eso deja más de un 30 por ciento en situación regular y un 1,69 en deterioro.

En Es Castell, que mejora y pasa a tener un 89 por ciento de calles en buen estado, la luz roja se enciende en la calle Religió, junto a la iglesia del Roser; casi un 10 por ciento de las vías del pueblo se califican con un regular: más de 200 metros en la calle Maó y 96 en el primer tramo de la calle Victori. Alaior es otro de los municipios que aumenta su calificación, pasa de un 80 por ciento de calles en buena situación hace tres años a un 85 por ciento. No obstante mantiene cerca de un 3 por ciento en mal estado y entre estas calles están Mestre Duran y los caminos de Ses Penyes y Sant Pere Nou.

Es Mercadal empeora, baja del 87 al 85 por ciento de calles en buen estado, aunque no en el casco urbano, sino que el entramado viario en rojo se sitúa en urbanizaciones como Punta Grossa –parcialmente desarrollada–, Son Parc y Playas de Fornells. Por último en Es Migjorn Gran un 76 por ciento (frente al 80 por ciento de 2016) de las calles están en buen estado; cabe destacar que es el municipio que más metros lineales de calle tiene en ejecución de mejoras, casi 500. Es Mercadal, Alaior y Es Castell también tienen mejoras en marcha pero entre todos no suman 200 metros.