En los últimos años han proliferado los negocios de turismo activo

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El llamado turismo activo, una de las puntas de lanza de la estrategia promocional del destino, se encuentra en situación de descontrol. La mayoría de las empresas que ofrecen a los turistas actividades lúdico-deportivas en la naturaleza incumple con la normativa sectorial, que desde 2015 –a través del decreto 20/2015– obliga a los negocios de este pujante sector a inscribirse en el registro insular de empresas, actividades y establecimientos turísticos mediante una declaración responsable de inicio de actividad en la que se manifieste el cumplimiento de todos los requisitos establecidos.

Según los datos ofrecidos por el departamento de Ordenación Turística del Consell, en 2018 se han dado de alta cuatro empresas y el balance global de inscritos se eleva hasta 23, cuando el trabajo de rastreo realizado a través de internet por la administración insular sitúa el número de negocios activos que prestan este tipo de servicios en alrededor de 60, lo que significa que más del 60 por ciento de los negocios del sector está incurriendo en una infracción que la Ley Turística tipifica como muy grave y para la que estipula multas que van de los 40.000 a los 400.000 euros.

En 2016 el Consell realizó una campaña informativa para advertir de las novedades normativas al sector, una iniciativa que obtuvo resultados, de hecho 21 de las 23 inscripciones se han producido a partir de esa fecha, pero resultó insuficiente a la vista de que la gran mayoría de negocios del sector sigue sin dar el paso. La directora insular de Ordenación Turística, Elena Costa, señala al «desconocimiento» como causa principal y advierte del «peligro que existe», ya no tanto por las inspecciones de oficio que se hagan desde un departamento con muchos frentes abiertos, sino porque si surgen problemas relacionados con el servicio y algún cliente denuncia, el Consell está obligado a actuar y a sancionar en el caso de encontrarse con irregularidades.

La presidenta de la asociación Menorca Activa, Catalina Florit, que agrupa a buena parte de las empresas inscritas, reconoce que «ya no hay excusas» después de la campaña informativa y de la «especie de moratoria» abierta por el Consell antes de exigir lo que marca la normativa. Además destaca que el registro es «una garantía, de que se cuenta con todos los seguros y de que el personal está titulado para la actividad», en alusión a algunos de los principales requisitos.

Legalmente se consideran empresas de turismo activo aquellas que cobran por actividades recreativas, deportivas y de aventura que se practican sirviéndose de los recursos que ofrece la naturaleza en el medio que se desarrollan, sea este aéreo, terrestre, subterráneo, acuático o subacuático –aunque el buceo está exento– y en las que es inherente un cierto grado de destreza o experimentación.