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«De noche y de día, la calle es mía», han coreado este viernes por la tarde miles de gargantas, hombres y mujeres, por el centro de Maó. Y vaya si lo ha sido . El ritmo del grupo Mendó Batucada no ha decaído en ningún momento de la marcha feminista que ha salido a las 18.30 de la Plaça Constitució encabezada por mujeres de distintos colectivos portando una pancarta en la que se leía «Juntes som més». El feminismo alzó la voz para dejar claro que no tolerará un retroceso en los derechos conquistados y que quiere más: la igualdad real.

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Todo tipo de cánticos acompañó el sonido de los tambores, pero sin duda el himno de esta marcha unitaria del 8-M, «ni sumisa ni callada, mujer libre empoderada» es toda una advertencia de que la lucha feminista no decae sino que crece y se nutre de las más jóvenes. La movilización ha sido un éxito rotundo, más allá del baile de cifras habitual: más de 2.000 personas según recuentos no oficiales y el doble, 4.000, según los organizadores de la marcha unitaria. En cualquier caso, mucho más de lo que se esperaba en la previsión inicial del colectivo Aritges, un millar, y una de las manifestaciones más numerosas que se han registrado en la ciudad.

En todo momento el ambiente ha sido festivo incluso familiar. Políticos de los partidos que se adhirieron a la convocatoria marcharon entre la multitud –la presidenta del Consell, Susana Mora, entre ellos–, y las sindicalistas Margot Sastre y Concha Pérez, junto a una representante del colectivo Ses Foneres han leído sus manifiestos al final del recorrido, de nuevo junto al Ayuntamiento, y con una intérprete de lenguaje de signos en el estrado.