Vida en Menorca. Pese a que lo de cambiar de lugar de residencia no entraba inicialmente entre sus planes, la posibilidad de iniciar una nueva etapa profesional llevó a Angie a instalarse en la Isla | A.W.S.

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Nacida el...

— 8 de octubre de 1962.

Actualmente vive en...

—Maó.

Llegó a Menorca...

— Comenzó a venir a la Isla en 2000 y vive permanentemente desde hace dos años.

Ocupación actual

— Directora de «Roqueta», una revista en inglés editada en la Isla.

Familia

— Casada y cuatro hijos.

Su lugar favorito en la Isla es

— Alcalfar

Desde 1973, la revista «Roqueta», editada en inglés, viene sirviendo como guía para la que, a pesar de la tendencia a la baja de los últimos tiempos, sigue siendo la comunidad extranjera mayoritaria en Menorca, la británica. La conocida publicación fue en su día el motivo por el que Angie abandonó su Inglaterra natal, en el condado de Yorkshire, para ponerse al frente de la dirección de la cabecera. Como ella misma explica, contaba con la ventaja de conocer el lugar desde hacía tiempo y el impulso que supone la aventura de comenzar a disfrutar de una nueva vida en un país diferente.

Está a punto de cumplir veinte años de relación con la Isla.

—Sí, llegué por primera vez en abril del año 2000. La familia estaba buscando un sitio para comprar una casa de vacaciones, un lugar donde el sol brillara; nunca habíamos venido a Menorca antes, pero unos amigos que tenían una villa aquí nos dijeron que por qué no veníamos a echar un vistazo.

Y a la vista está que les gustó lo que vieron.

—Fue bajarnos del avión y decir "guau". Enseguida la Isla nos transmitió muy buenas sensaciones. Y desde entonces hasta ahora hemos disfrutado muchísimo de cada minuto que hemos pasado en Menorca.

¿Fue difícil tomar la decisión de dejar su casa atrás para emprender aquí una nueva vida?

—En absoluto, hay algo de Menorca que te atrapa cuando llegas, y se puede decir que eso es lo que pasó.

Aunque inicialmente no se instalaron aquí de forma definitiva.

—Efectivamente, durante los primeros años íbamos y veníamos para disfrutar de los periodos de vacaciones. Ahora mi marido y yo llevamos casi dos años instalados de forma definitiva como consecuencia de que decidí asumir el puesto de directora de la revista «Roqueta».

Un proyecto editorial con una larga trayectoria en la Isla.

—Pues sí, sus orígenes en el tiempo se remontan a hace ya 46 años, y puedo decir que ha sido durante todo este tiempo una institución para la población inglesa de la Isla. Una revista centrada en ofrecerles todas las noticias e información que necesitan para estar al día aquí.

En los tiempos que corren, ¿cuál cree que es el secreto para que una publicación como esa perdure casi medio siglo en el tiempo?

— Pues creo que la consistencia, la pertinencia, la fiabilidad… Desde el equipo que llevamos este proyecto creemos que la gente británica que vive aquí o que viene a pasar las vacaciones no tiene muchas publicaciones a las que recurrir para obtener información sobre Menorca en inglés. Consideramos que con el paso del tiempo hemos conseguido tener una buena reputación entre la comunidad británica. Sobre todo, intentamos hacer una revista que interese a la gente.

Y en unos tiempos tan cambiantes como los actuales, ¿cómo miran al futuro?

—Sí es verdad que los tiempos han cambiado mucho desde los años 70, pero yo particularmente tengo la esperanza de que haya gente que quiera seguir accediendo a la información a través de algo físico; aunque está claro que la gente cada vez está más acostumbrada a leer en sus teléfonos móviles u ordenadores. Considero que también es importante tener una presencia on line, y nosotros también tenemos una página web que ofrece otro modelo de suscripción más allá del papel, y que está creciendo con el tiempo. Lo bueno que tiene «Roqueta» es que es una publicación con presencia, vas a los sitios y la encuentras.

¿Tenía relación con el mundo editorial antes de ponerse al frente de la revista?

—Sí, hace mucho tiempo, al comienzo de mi carrera, antes de que nacieran mis hijos, trabajé en una agencia de medios y publicidad. Cuando surgió la posibilidad de trabajar para «Roqueta» me pareció una muy buena oportunidad para volver a ese sector, y me dije a mí misma adelante.

¿Cuál es la línea editorial o las temáticas por las que se decantan en «Roqueta»?

—Todo lo relacionado con el medio ambiente y la naturaleza tienen un espacio destacado en nuestras páginas, uno de los focos principales durante los últimos años. Con la revista intentamos instar a la gente a tomar parte en la actividad de la comunidad.

Pero la revista abarca mucho más que el medio natural.

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—Sí, también cubrimos todo lo relacionado con la actualidad de Menorca, cuestiones que pensamos que tienen relevancia para nuestros lectores. También tienen un hueco importante las artes, la música; los eventos, el deporte y también aspectos relacionados con la gastronomía. La verdad es que abarcamos muchas temáticas diferentes en nuestras páginas, por su puesto también cuestiones políticas, sobre el mercado turístico o asuntos que siempre son de actualidad para nuestra comunidad, como las comunicaciones aéreas.

¿Es ésa una de las mayores preocupaciones para la comunidad inglesa?

—Sí, las conexiones en invierno siguen siendo malas, solo funciona bien cuando arranca la temporada. Pero hay que tener en cuenta que no solo escribimos para la gente que vive aquí de forma regular, sino que también lo hacemos para los que pasan de visita. Hay mucha gente que repite, que viene año tras año de vacaciones, a veces hasta en más de una ocasión, y quiere saber lo que está pasando.

Supongo que el Brexit también será una de las temáticas habituales en estos tiempos.

—Sí, es una cosa que obviamente preocupa a la gente. El problema es que nos encontramos en un momento en el que nadie sabe lo que va a pasar exactamente, es una cuestión que cambia cada día que pasa. Por lo que tengo entendido hay buenas relaciones existentes entre España y Reino Unido, y todo apunta a que así será en le futuro. Desde «Roqueta» pensamos que una de las cuestiones que más preocupa a los ingleses que viven en la Isla es qué va a pasar con la cobertura sanitaria, si seguirá tal y como hasta ahora o no.

¿Cree que la incertidumbre existente se traducirá en el regreso a casa de sus compatriotas o que dejen de venir como hasta ahora?

—No creo que la situación influya en que la gente abandone la Isla. Y realmente espero que la gente quiera seguir viniendo a Menorca y descubran el magnífico lugar que es para vivir. Desde la revista hemos podido comprobar cómo durante el último año o año y medio ha aumentado el número de personas jóvenes que han decidido venirse a vivir aquí, parejas con hijos pequeños.

¿Qué es lo que más le gusta de la vida que le ofrece la Isla?

—Es un pregunta difícil de responder. Pero diría que una de las grandes cosas es lo fabulosa que resulta la gente de aquí; las personas de Menorca son muy amables y acogedoras, muy amigables. Diría que es un lugar que ofrece relax, pero no en exceso; la gente aquí tiene un objetivo; el clima es extraordinario la mayor parte del tiempo. Creo que aquí hay un modo de vida sencillo, y eso me gusta. Cuando llegas aquí desde el Reino Unido tienes como una especie de sensación de calma, un lugar en el que aprendes las cosas que verdaderamente importan en la vida.

Hay cosas que, en cambio, no le gustaran tanto, supongo.

—No creo que pudiera decir una cosa, considero que sería una buena embajadora para la Isla (risas). Si acaso podría decir que en algunas casos las cosas van demasiado despacio; lo comentamos entre algunos compañeros de la revista y creo que a veces resulta algo frustrante. Pero definitivamente, puedo decir que para mi vivir aquí implica muchos más pros que contras.

¿Qué papel ha jugado el obstáculo del idioma en su proceso de adaptación?

—La lengua es fundamental para poder entender bien otra cultura, y actualmente estoy aprendiendo español, un proceso del que estoy disfrutando. Creo que al final todo tiene que ver con un proceso de autoconfianza para poder progresar en el dominio de una lengua. Aquí tenemos la ventaja de que mucha gente habla, y le apetece hablar, inglés, y eso es una ayuda para el día a día.

Se mudaron aquí por su trabajo, ¿cómo lo ha llevado su familia?

—Vivo aquí con mi marido; mis hijos ya son mayores, y la verdad es que vienen mucho de visita, es un sitio que conocen bien y les encanta, siempre pasan aquí sus vacaciones. Mi esposo es soldado retirado y actualmente se encuentra escribiendo un libro. Creo que aquí ha encontrado un lugar bonito y tranquilo para desarrollar esa actividad. Es un estilo de vida el que tenemos aquí en el que encajamos perfectamente los dos.

Venir de vacaciones y vivir aquí son dos cosas bien diferentes. ¿Le resultó complicado cambiar el chip?

—En absoluto. Ha sido un proceso fantástico que me ha llevado a conocer lugares que ni si quiera sabíamos que existían, y disfrutar de actividades nuevas para nosotros, como los recorridos en bicicleta por el campo; hemos descubierto una parte de Menorca que para nosotros permanecía oculta, cosas que no sueles ver cuando vienes un verano de vacaciones con tus cuatro hijos. Ha sido una adaptación gradual y agradable. Por otra parte, el trabajo en la revista nos permite a la gente del equipo conocer a mucha gente.

¿Qué echa de menos del estilo de vida inglés?

—No demasiado. Fish and chips (risas). Pero he de decir que la comida de aquí es muy, muy buena. Cada vez cocino más con recetas españolas y al estilo mediterráneo; intento aprovechar los ingredientes locales, que creo tienen una calidad excelente. Pero está claro, lo que más echo de menos es la familia y los amigos.

¿Está en Menorca para quedarse?

—Eso nunca se sabe, pero si es el caso será una buena noticia.