Imagen del casco urbano de la ciudad de Maó. | Javier Coll

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El nuevo Plan Territorial Insular (PTI), en proceso de aprobación inicial, abre la puerta al alquiler turístico de viviendas unifamiliares en los llamados núcleos urbanos tradicionales, los pueblos, en los que establece un límite del 15 por ciento, el cupo de viviendas del censo que se podrán incorporar al negocio turístico. ¿Cuál es el margen de crecimiento? Según los datos provisionales que maneja el Consell ese margen es considerable ya que actualmente en los cascos urbanos de los ocho municipios de la Isla cuentan con licencia 429 casas de un censo de 8.883. Conclusión: todavía hay margen para dar licencia a unas 900 viviendas.

Los datos, todavía no oficiales, pueden variar ligeramente pero permiten hacerse una idea del movimiento de apertura que supone el nuevo PTI a la actividad turística en los principales centros de población de Menorca –aunque siempre ceñida a la tipología unifamiliar, es decir, chalés aislados, apareados o casas entre medianeras–. Esas 429 licencias concedidas hasta el momento suponen menos del cinco por ciento, por lo que hay más de un diez por ciento de crecimiento, aunque con importantes diferencias entre municipios.

En Sant Lluís, donde hay 62 viviendas con autorización para alquilar a turistas, el margen de crecimiento es muy escaso, al tener cubierto ya el 13,8 por ciento del cupo, lo que solo le permitiría incorporar cinco nuevas viviendas, si se aprueba el PTI en los términos actuales. Es la excepción que confirma la regla ya que el resto de municipios se mueven en márgenes de crecimiento que van del 13,4 por ciento de Es Migjorn (unas 42 casas) al 7,2 por ciento de Es Mercadal (unas 33 viviendas).

En Maó hay 64 casas turísticas con licencia, un 2,73 por ciento del censo, por lo que el margen de incremento de licencias es del 12,27 por ciento. Es decir que 288 viviendas del casco urbano pueden sumarse al negocio turístico, lo que supondría multiplicar más que por cinco el registro de viviendas turísticas. En Ciutadella hay muchas más viviendas con licencia, 172, pero el censo es mayor, de 3.112. Por lo tanto tiene un margen de casi un diez por ciento de crecimiento. Alrededor de 295 viviendas podrían obtener autorización para incorporarse al negocio turístico. Hay que tener en cuenta que los dos grandes municipios de la Isla son también los que albergan mayor oferta ilegal, lo que hace que descienda el porcentaje, y que el PTI permitirá a los ayuntamientos ser más restrictivos.

El Consell tiene informes sobre la mesa que calculan el límite admisible de la actividad turística en viviendas en el 30 por ciento del censo, sobre todo en grandes ciudades.

Cabe tener en cuenta que otro 15 por ciento se reserva para la modalidad de alquiler turístico en la vivienda habitual. Ha optado por no bajar del 15 por ciento para evitar agravios comparativos con San Sant Lluís, que casi ha agotado ese cupo.