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Hace un año los núcleos urbanos tradicionales, los pueblos, rompieron con la tendencia sostenida a la despoblación y recuperaron 374 residentes después de haber acumulado una pérdida de más de 1.600 habitantes en un lustro. Este año, según las cifras actualizadas del padrón por zonas de residencia, el cambio de dinámica se consolida y los cascos urbanos han ganado de golpe 944 habitantes gracias, por un lado, al incremento de habitantes que ha registrado la Isla en el último año (750) y, por otro, al trasvase que se sigue registrando desde las urbanizaciones.

Prueba de que el cambio de tendencia se afianza es que mientras el año pasado, el incremento de población de los cascos urbanos se registraba de forma desigual y Es Mercadal, Es Castell y Es Migjorn continuaban perdiendo residentes, este año todos los pueblos ganan habitantes en menor o mayor medida por primera vez en casi una década. Los mayores crecimientos, tanto en términos relativos, como en absolutos, son Maó y Ciutadella. Entre las dos ciudades han recuperado 818 habitantes. Les sigue Alaior, que ha incorporado a 66 personas censadas.

En el otro lado de la balanza se encuentran las urbanizaciones, ya sean turísticas o con un carácter eminentemente residencial. Estos núcleos urbanos aislados parecen estar perdiendo atractivo entre la población residente. En el último año se ha frenado el ritmo de despoblación, al perder 243 censados cuando el año pasado fueron 785, pero hay que tener en cuenta que hace un año Menorca perdió habitantes, 431, mientras que este año la realidad es opuesta, ha ganado 750.

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