Estado actual de la Sala Augusta que, una vez haya superado los reveses actuales, se convertirá en Conservatorio

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La primera fase de reforma del vetusto edificio de la Sala Augusta de Maó para su conversión en la futura sede del Conservatorio Profesional de Música se resiste. Las dos empresas que optaban a ejecutar las obras han retirado su oferta. Y el concurso para la rehabilitación y reforma ha quedado desierto. La Conselleria de Educación, a través del Ibisec, ya ha anunciado que va a revisar el proyecto para detectar los posibles problemas, ya que podría obedecer a un tema técnico o uno económico. Y en base a ello, volverá a licitar el proyecto.

Las obras se licitaban por 6.411.620 euros (con IVA) y aunque pudiera parecer un proyecto que iba a generar interés entre las constructoras, ninguna empresa menorquina optó a la reforma. Argumentaron que el importe no cubre el coste real de la actuación. Y ya intuían que algo iba a ocurrir con el concurso porque el número de empresas presentabas daba a entender que «las constructoras de fuera ni conocen la Isla ni el edificio».

La empresa propuesta para la adjudicación fue la UTE formada por las catalanas Bigas Grup y Rigel Over que iban a ejecutar la actuación sin rebajas sobre el precio de salida. Pero en el plazo fijado no presentó la documentación requerida. Es por eso que la mesa de contratación procedió a proponer a la segunda empresa, en este caso con sede social en Lloseta, para la ejecución del proyecto. Obras y Promociones Comas S.A. había hecho una oferta económica más ventajosa que la primera (de 5.949.343 euros), pero obtuvo menor puntuación por el personal que iba a aportar durante la ejecución del proyecto. Tras requerirle la documentación tampoco la presentó. La mesa de contratación dio por entendido que se había retirado la oferta. Y el concurso ha quedado desierto.

El alcalde de Maó, Héctor Pons, asegura que «lo que queremos es que el proyecto tire adelante con todas las garantías técnicas y económicas, que las habrá». Indica que sigue de cerca el procedimiento ya que «somos los primeros interesados» como propietarios del edificio. Y agrega que técnicamente es un proyecto de envergadura que se licita en un momento en que las empresas locales están colapsadas. Puede ser un motivo más a añadir a los que ya apuntaban las empresas locales.

Un edificio de ocho plantas con un auditorio a doce metros de profundidad

El conjunto arquitectónico constará de ocho plantas. En concreto, son tres pisos en altura, planta baja, semisótano y tres pisos en profundidad que se equiparán en una segunda fase del proyecto. El auditorio de la futura sede del Conservatorio se ubicará a una profundidad de doce metros, lo que equivale a cuatro pisos. El proyecto ejecutivo revela la complejidad de las obras y, quizás, el motivo de que no haya animado a las empresas a presentarse para ejecutar la reforma. El auditorio va a sustituir el aparcamiento inicialmente proyectado por un auditorio con capacidad para 400 personas y un escenario de cien metros cuadrados. El edificio contará además con dos nuevas edificaciones entre las que se generará un espacio público, una pequeña plaza.