Susana Mora fue investida presidenta a las 19.48 horas con ocho votos a favor y cinco en contra. En la imagen, Mora flanqueada por Cristina Gómez y Maite Salord | Gemma Andreu

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A falta de un día para cumplir los dos años en la presidencia del Consell, la socialista Susana Mora volvió este sábado a prometer el cargo, en esta ocasión para los próximos cuatro ejercicios. Carretera general, modelo energético, igualdad, vivienda y empleo resonaron con fuerza en su discurso de investidura y ante una sala de plenos abarrotada de gente. Eran las 19.48 horas cuando tomaba posesión de su cargo y era investida presidenta del Consell. Los ocho votos a favor de los cargos electos del PSOE, Més per Menorca y Unidas Podemos le sobraron para recibir el bastón de mando de manos de la consellera de mayor edad, Francesca Gomis.

Mora no titubeó a la hora de hablar de la carretera general. Y lanzó un mensaje resolutivo sobre el tema, uno de los que más pesan sobre el mandato que se acaba de cerrar. Se comprometió a dar una solución porque «no podemos ni queremos huir de ello». Fue firme al asegurar que «acabar los tramos pendientes será un objetivo prioritario», además de que «dar una solución cabal y sostenible al tramo en obras entre Maó y Alaior será el primer trabajo a hacer» porque «no podemos abusar todavía más de la paciencia de los menorquines». Y aclaró que la complejidad del asunto «no puede servir de refugio ni de excusa».

La apuesta iniciada en la pasada legislatura con respecto a la transición energética y el cambio a las renovables también tuvo un protagonismo especial en su primer discurso como presidenta del mandato que se inicia ahora. Y es que, las consecuencias del «dichoso cap de fibló» marcaron un antes y un después en cuanto a la necesidad de soluciones contundentes. «No se puede volver a repetir», aseguraba. Y agregaba que «nuestra respuesta no puede quedarse solo en las imprescindibles y suficientes medidas de contingencia, que seguiremos exigiendo», ni tampoco en «la conexión de los dos cables que unan la Isla con la Península, ni la reconversión a gas de la central de Maó». Para Mora «debemos encarar el cambio de modelo energético con coraje, decisión y compromiso». Y lanzaba otro mensaje, que pretendía rebatir a las voces que sembraron dudas sobre la implantación de parques solares. «No podemos dejar el futuro solo en manos ajenas, no podemos dejar que la energía dependa solo de los demás».

Su discurso, que duró 23 minutos, sirvió para valorar el acuerdo de gobernabilidad alcanzado entre los tres partidos del arco progresista. Hablaba de «un apasionante viaje» con la mirada puesta en «el horizonte de un futuro mejor». Repitió que no todo va a ser un camino de rosas. Sino que «soy consciente de que el viento no soplará siempre de popa». Y hacía referencia a las personas que aún siguen en la cuneta de la recuperación económica. «Las políticas de ocupación y vivienda serán, seguirán siendo, un pilar fundamental de este equipo de gobierno», prometía.

No citó más que un proyecto concreto que ha empezado a caminar. Solo habló del Verge del Toro, enlazándolo con esta prioridad de que «las personas primero, siempre delante y encima de todo». Pero no hubo más referencias.

Habló de Reserva de Biosfera en la línea de que «debe ganar el empuje definitivo que se merece y necesitamos» y anunció el impulso de una proposición de ley desde el Ejecutivo insular que dé cobertura a las acciones y garantice la financiación.

La conectividad aérea es, al igual que la enería, un tema siempre presente en los discursos de Mora. Y así fue ayer también. Defendió «una isla más y mejor conectada». Y aunque se han dado pasos, falta aún camino por recorrer.

Exaltó las virtudes de la Isla en cuanto a artesanía y mundo rural. Y también habló de turismo como «nuestra primera industria».

Tendió la mano a la oposición. Ya que «así como no existe balanza que no tenga dos platos, todo gobierno necesita de una oposición fuerte y responsable».

A las 20.14 horas se levantó la sesión.

Lea aquí el discurso íntegro de Susana Mora