Tramo que comprende el estudio de detalle presentado ante el Ayuntamiento de Es Castell por la promotora Inversiones Fonduco SL. | Gemma Andreu

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La promotora del edificio Rocamar va dando pasos para que este establecimiento abandone cuanto antes su estado ruinoso. Se ha iniciado ya el periplo por las administraciones para poder ejecutar su proyecto de reconstrucción. Inversiones Fonduco SL ha presentado al Ayuntamiento de Es Castell el estudio de detalle del frente marítimo del Moll del Fonduco, un trámite necesario tal como lo establece la Ley de Costas en los casos en que existe interés por actuar en la zona y construir edificios. Las futuras licencias necesitan darse de acuerdo con este documento que ahora se tramita. Y lo que se pretende es dar un tratamiento urbanístico homogéneo a toda la fachada, ahora inexistente.

La junta de gobierno del Ayuntamiento de Es Castell aprobó a finales de mayo de forma inicial este estudio de detalle del frente marítimo. Ha estado en exposición pública durante 30 días a efectos de poder presentar alegaciones.

Este documento que aguarda en las dependencias del Ayuntamiento debe remitirse a la Dirección General de Costas para que pueda aprobarse definitivamente. Será entonces cuando se inicien los trámites de solicitud de licencia. En el redactado el arquitecto deja claro que el objetivo es «poner en evidencia la necesidad presente y futura de poder agilizar la tramitación y otorgamiento de licencias para obras de consolidación, rehabilitación y reconstrucción de los edificios comprendidos en el tramo, debido a su deficiente estado de conservación».

El arquitecto autor de este documento, José María Villalonga, informa que las intenciones del promotor del edificio Rocamar es demoler y reconstruirlo dado su deterioro.

Tanto para este inmueble como para el antiguo hostal Miramar, que también queda insertado en el estudio de detalle, el Plan General de Es Castell otorga la posibilidad de construir una planta más que el resto de edificios de la zona dado su interés económico para el municipio, su antigüedad y su tipología.

Por lo tanto, una vez demolido, el edificio Rocamar podrá disponer de planta baja más dos alturas, cumpliendo los parámetros urbanísticos que marca el planeamiento. Se trata, por tanto, de una altura reguladora de 10 metros y una máxima de 13,5 metros, ya que puede incluir un altillo.

La intención de los promotores es convertir este espacio en un conjunto de apartamentos de calidad y devolver la actividad al edificio. La normativa permite edificar un hotel o viviendas tipo apartamento.

Hay que indicar que su ubicación a primera línea de mar, en una zona sombría y que padece las inclemencias de la tramuntana, obligan a utilizar materiales de calidad que garanticen su conservación. No será un proyecto simple de ejecutar. El arquitecto avanza que aún no hay definido el número de apartamentos a construir, el proyecto aún no está definido.

Villalonga confía en que el proceso para que se apruebe el estudio de detalle no se va a dilatar en el tiempo.