Alba Valdivia Plummer

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La ficha

Lugar y año de nacimiento
— Sant Lluís, 3 de noviembre de 1999

Formación académica
— Estudia un doble grado en Business Management e Internacional Business Administration en el centro Tolouse Business School en Barcelona.

Vive en...
— San José, California, desde el pasado enero. Allí estudia y realiza prácticas laborales.

Motivó su viaje...
— Continuar su formación en un lugar que considera centro de toma de decisiones, como es el Silicon Valley.

Países que ha visitado
— Su primera experiencia sola en el extranjero fue con 15 años, con un intercambio en Irlanda. Su trabajo mientras estudiaba en Barcelona en una agencia de viajes le permitió ir a Ghana, un país que le maravilló. Ahora conoce EEUU y su próximo destino será Berlín.

Le gusta leer las páginas salmón de los periódicos, las que se dedican a la economía y la actividad bursátil. Aún no ha cumplido 20 años pero Alba tiene muy clara su vocación por las finanzas, un terreno a priori árido pero que a esta joven menorquina le interesa, especialmente los cambios que la banca experimenta –y los que se avecinan con la Inteligencia Artificial–, vinculados a la tecnología y la innovación. «Creo que las finanzas explican muchos acontecimientos en el mundo, me gustaría acabar trabajando en una institución financiera multinacional que aplique las nuevas tecnologías», explica Alba Valdivia desde San José, California. La estudiante de la escuela de negocios TBS-Barcelona realiza en San Jose State University un semestre de su segundo curso de carrera y, al mismo tiempo, trabaja en prácticas remuneradas en la entidad financiera PremierOne Credit Union; ese empleo le ha permitido ampliar su tiempo de visado, que inicialmente acababa en mayo, hasta agosto. Y piensa apurarlo porque California la ha conquistado y desea regresar para instalarse allí cuando acabe la universidad y esté graduada.

«Me gusta la ciudad, el clima, la gente, creo que California es un estado muy bonito, y el lugar idóneo para crecer profesionalmente, sobre todo Silicon Valley, me atrae este ambiente tecnológico, noto que me entero más de todo», asegura. Allí los gigantes tecnológicos como Google o Facebook anuncian cuáles van a ser sus próximos avances y ese movimiento le hace sentir a Alba en ‘el lugar donde las cosas suceden’ y después, se transmiten al mundo.

Por eso y «porque los sueldos son mayores, ofrecen más prácticas remuneradas, ayudan a los estudiantes a crecer..., no digo que me quiera jubilar en Estados Unidos, pero sí quiero desarrollar aquí mi carrera profesional». Desde su breve y temprana experiencia cree que allí existe «la cultura de apoyar al estudiante aunque no tengas experiencia, porque yo tenía muy poca experiencia; envías un curriculum y me parece que de verdad lo leen, te escuchan, lo tienen en cuenta y consideran cogerte, es más fácil crecer», reflexiona, sobre todo si se compara con la situación que le narran jóvenes como ella en España, donde muchos «ya son afortunados por entrar a hacer prácticas en una empresa aunque no les paguen, aquí te valoran como estudiante y también como trabajador», afirma convencida.

Y a pesar de la competitividad y de la carrera de obstáculos burocráticos que se encuentran quienes quieren vivir legalmente en Estados Unidos –ahora mismo reside con su visa de estudiante–, Alba opina que en California se tiene una vida más relajada que en el otro polo de atracción de numerosos extranjeros en busca del sueño americano, Nueva York, «allí es más estresante».

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En su día a día, en una ciudad diseñada para el automóvil, ella, que todavía no conduce, utiliza el transporte público y «tardo mucho más en llegar a los sitios». Comparte una habitación en una casa internacional, dentro del campus universitario en San José, que está cerca de San Francisco, al norte de California. «Los precios son muy altos como para tener una habitación para ti sola», señala. Las prácticas en una empresa las halló también gracias a la implicación de sus profesores, «te ayudan a que entres en el mundo laboral, un profesor nos enviaba ofertas y esta a la que opté era una de ellas». Su función en la compañía pasa por varios departamentos. «He estado en operaciones de negocios, marketing, recursos humanos, contabilidad..., y como me gusta la parte financiera les pedí si podía trabajar con el CFO (Chief Financial Officer), en cada departamento me asignan un proyecto y me van enseñando cómo trabajan ellos, les puedo hacer las preguntas que yo quiero».

En los ratos que no dedica a los estudios y a las prácticas, sale con otros estudiantes internacionales o practica deporte. En su grupo las nacionalidades y las razas son diversas, y la lengua vehicular para las clases y el trabajo, pese a que el español es muy hablado en este estado, es el inglés. «Tampoco he conocido más españoles aquí», comenta Alba, que ya está trazando sus próximos pasos para terminar el Grado en Alemania, y al mismo tiempo intentar trabajar también en una empresa.

Berlín en el horizonte
Alba, gracias a su buen expediente académico, pudo optar no solo a la plaza para seguir parte de sus estudios en California, uno de los destinos más demandados por los alumnos de la TBS-Barcelona, sino también a una de las dos únicas plazas que hay para cursar el tercer curso de su grado en la European University of Viadrina, a poco más de una hora de distancia de Berlín, en donde quiere fijar su residencia a partir de octubre. «Me veo más viviendo en una ciudad y además también quiero trabajar mientras estudio y estoy haciendo entrevistas con una empresa de Berlín. Si al final no me cogen allí hay más ofertas para conseguir algo», asevera. Aunque no habla alemán, «intentaré aprender algo para comunicarme», todas las clases serán en inglés y la firma en la que aspira a entrar «es un banco internacional en el que requieren inglés y saber alemán o español, en este caso el castellano es un plus y también lo fue en el curriculum para entrar en el trabajo aquí en California», asegura la joven.

Ahora mismo intenta hacer contactos, intensificar relaciones, para poder regresar a Estados Unidos cuando acabe el año que viene su formación en Europa. Alba mantiene firme su ilusión por entrar a trabajar, cuando estudie en Alemania, en un mobile banking «el primero reconocido por el Banco Central Europeo». Es el próximo paso después de la banca tradicional y la banca on line, los neobancos o bancos para el móvil. Convencida de que la Inteligencia Artificial será determinante, explica con entusiasmo que «en menos de cinco años, o eso es lo que se dice aquí, vas a ir a comprar ropa y vas a ver en tu casa el maniquí en 3D, o para pagar algo bastará llevar unas gafas o deslizar un dedo, la IA va a estar presente en nuestra vida real y los cambios van a ser mucho más rápidos, va a haber muchísimos más bancos y más pequeños». Ella se prepara para competir en ese sector financiero del futuro.