Toyota es una de las pocas marcas que siguen contando con concesionario de Menorca. | Javier Coll

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El sector menorquín de la venta de automóviles ha vivido en los últimos años una profunda transformación que ha afectado especialmente a las empresas locales. Si hace unos años detrás de la práctica totalidad de los concesionarios de marcas, unos 17 o 18, estaban empresarios menorquines, ahora solo son tres los que resisten en el negocio y no les basta con la venta de coches, tienen que recurrir a otras fuentes alternativas de ingresos como el alquiler de vehículos sin conductor, el rent a car a turistas.

La voz de alarma la ha dado el presidente de la Asociación de Concesionarios del Automóvil de Menorca, Orestes Carreras, un histórico del sector que ha vivido en primera persona las transformaciones. «Nosotros sobrevivimos gracias al alquiler de vehículos”, señala, y se muestra muy pesimista respecto al futuro. Asegura que ante un entorno muy difícil, con una gran presión de las marcas y la competencia de grandes operadoras «el futuro es cerrar y hacerse agente de un concesionario de Palma o de la Península».

Es precisamente lo que han venido haciendo la gran mayoría de empresas de un sector que ha visto como en los últimos años ha descendido drásticamente el número de ventas y como los márgenes de beneficio se han reducido mucho: «Los márgenes de las ventas para los coches es mínimo, de 180 o 200 euros», advierte Carreras, quien asegura que para que el sector fuese rentable se tendrían que vender unos 6.000 coches anuales, cifras que no se dan desde antes de la crisis. El 2018 se cerró con 2.380 vehículos matriculados de todas las tipologías. En el año 2007 eran 6.500.

La necesidad de recurrir a otras vías de ingresos para complementar el negocio de la venta de coches también aparece en empresas que afirman que su ritmo de comercialización se ha mantenido bastante estable. Es el caso de Biesa, concesionario Suzuki que alquila coches a través de Autos 21. Su responsable, Lina Bosch, confirma la paulatina desaparición de las empresas locales: «Hace unos años éramos todos menorquines». Explica que Suzuki «nunca ha sido una marca muy vendida, nos hemos mantenido estables en cuanto a ventas, pero el negocio necesita diversificarse y recurrimos al alquiler de vehículos».

Estrategias

Las estrategias comerciales de las grandes multinacionales afectan por igual a los concesionarios y a las empresas de alquiler de coches. Lo explica Carreras. Compran coches en lotes a miles. Los alquilan durante un periodo mínimo para superar el límite legal para una venta de segunda mano, seis meses o 6.000 kilómetros y los ponen en el mercado. «Los alquilan por precios con los que las empresas tradicionales de rent a car no pueden competir y los venden a precios a los que los concesionarios no pueden llegar. Fastidian a unos y a otros».