La población menorquina crece gracias a un balance migratorio positivo | Gemma Andreu

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Menorca cerró el año pasado con un nuevo saldo migratorio positivo. Por tercer ejercicio consecutivo el balance entre las personas que vienen de otros territorios para establecerse en la Isla y los que hacen las maletas para abandonarla ha hecho crecer la población. Según los datos hechos públicos ayer por el Institut d’Estadística de Balears (Ibestat), el año pasado llegaron a Menorca para fijar su residencia 7.304 personas, la mayor cifra desde el año 2007, antes de que la crisis cambiase la tendencia, y se marcharon 5.257. La diferencia, el llamado saldo migratorio, de 2.047 personas, es la más elevada desde el año 2004.

La llegada de inmigrantes creció en cerca de un millar de personas, un 14,8 por ciento, en relación al año 2017. Son 1.753 personas más que en el momento más bajo de la crisis, en 2014, cuando el saldo migratorio tocó fondo con una pérdida de 1.028 habitantes. Ese crecimiento de la inmigración ha permitido que el saldo migratorio se agrande a pesar de que paradójicamente también se ha incrementado el número de personas que abandonan la Isla, aunque en menor medida. En 2018 han emigrado 5.257 personas, 404 más que en 2017, un 8,3 por ciento.

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