La cosecha de uvas ya ha arrancado en algunos viñedos de la Isla | J. COLL

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Mientras el sector primario se enfrenta a unos meses bajo mínimos como consecuencia de la sequía registrada este año, el vinícola inicia la cosecha de uvas con un buen pronóstico, determinado por esta misma razón.

Aunque el agua es fundamental para ambos, trabajar con sistemas de riego hace que los viticultores tengan margen de maniobra ante la escasez de lluvias. De hecho, lejos de verse perjudicados, la sequía hace que los viñedos se libren de la humedad derivada de las mismas lluvias, lo que puede traducirse en una mayor calidad del vino.

«La humedad siempre es una fuente de enfermedades para las plantas», explica el propietario de las bodegas de Binitord y hasta ahora, presidente de la Asociación de Productores Vi de la Terra Illa de Menorca, Toni Salord.

En este sentido, Salord concreta que la utilización de sistemas de riego permite que los viñedos tan solo sean fertilizados, de manera regulada, cuando los viticultores, según las pertinentes comprobaciones, lo consideran necesario. «Tan solo reciben agua cuando vemos que es necesario», afirma.

De ahí que el periodo de vendimia arranque con buenas expectativas respecto a la calidad del vino entre las bodegas de Menorca. Eso sí, de esta manera tampoco puede evitarse un incremento del consumo de agua que, a la vez, supone un aumento de los costes y, sin embargo, una reducción muy ligera de la producción. «Es decir, esperamos tener un poco menos de cantidad que la del año pasado, pero de más calidad», resume Salord.

Por otra parte, lo negativo es que la sequía sí que significa una reducción considerable de la producción para aquellos viñedos que no disponen de riego y que se nutren de las precipitaciones. Aunque se trata de una minoría de productores.