Thomas Cook gestiona directamente cinco hoteles en Menorca y trabaja con entre 20 y 30. | Josep Bagur Gomila

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La Asociación Hotelera de Menorca (Ashome) mostró ayer su «gran preocupación» por la crisis abierta tras la quiebra de Thomas Cook, una inquietud que en primer lugar se centra en que toda la operación de repatriación se desarrolle con la mayor normalidad posible, sin que ni la imagen del destino, ni la impresión de los clientes se vea afectada, pero que en segundo plano se fija en lo que está por venir después de la desaparición del turoperador y del gran impacto que tendrá en Menorca, mayor del que tuvo hace dos años la desaparición de Monarch.

Desde la patronal hotelera subrayan que el año pasado se registraron 90.000 estancias de turistas británicos llegados a los hoteles menorquines de la mano de Thomas Cook y se estima que solo en gastos de alojamiento dejaron alrededor de 32 millones de euros, a los que hay que sumar otros 7,2 de gastos complementarios como la manutención. La suma arroja un impacto económico de cerca de 40 millones de euros de los que este año todavía no se sabe qué cantidad ya ha sido liquidada y cuánto dinero queda pendientes de cobro.

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No obstante la gerente de la patronal, Azucena Jiménez, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad al recordar que el ATOL británico garantiza los cobros, aunque cabe tener en cuenta que primero cobran los trabajadores, después las administraciones y más tarde los acreedores privados en función del montante que reclaman. También destacó la coordinación con las administraciones y el comportamiento tanto de los hoteles, como de otros servicios complementarios y de los trabajadores de la propia compañía pese a su difícil situación.

La gran preocupación se centra en saber cómo se podrá cubrir el vacío que deja Thomas Cook en la Isla. La duda es si otros turoperadores podrán aumentar su operativa para hacer olvidar a Thomas Cook y qué ocurrirá con las plazas que ya están comercializadas para el año que viene.