La playa del Arenal d’en Castell con bañistas en la arena durante la soleada mañana de este lunes; al fondo, el hotel Topacio | Gemma Andreu

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No habrá turismo de mayores en lo que queda de año en los hoteles de Menorca. Tampoco se les verá por las calles ni por los comercios ni de excursión por los puertos. El retraso en la comercialización de las plazas del Imserso, que no comenzará hasta el día 14, ha impedido acceder a las mismas a los interesados en el destino del invierno menorquín.

Los hoteles Almirante Farragut, en Los Delfines, Ciutadella, y Aguamarina, en Arenal d’en Castell, Es Mercadal, no podrán alojar clientes como era su intención en la primera parte de la campaña invernal, la que discurre entre el octubre que ahora comenzamos y noviembre.

La venta del programa de turismo social del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) en las agencias de viajes empezará el día 14 en siete comunidades y el 16 en el resto.

El Imserso no firmó hasta el 23 de septiembe el contrato de adjudicación del lote 1 (costas), de los tres que integran su programa de turismo para pensionistas, con Mundiplan, formado por Iberia, IAG7 y Alsa, que gestionará así los viajes a el litoral peninsular. Al día siguiente, martes, lo hizo con Mundosenior, integrado por Halcón Viajes (Globalia) y Avoris (Barceló), que gestionará los dos lotes restantes, el 2 (islas) y el 3 (turismo interior).

Otros años por esas fechas ya estaban a la venta estos programas de vacaciones. Esta vez no hay tiempo material y el hotel Aguamarina cerrará a mediados de octubre. De haber tenido clientela del Imserso, como ha sucedido otros años, habría mantenido el hotel en funcionamiento hasta finales de noviembre.

Con una oferta de 550 habitaciones, un millar de plazas, su intención era, como en años anteriores, abrir diez meses al año. Fernando Estrade, el subdirector, dice que volverán a abrir en febrero con el turismo del Imserso, «no por la rentabilidad que obtenemos, pero hablamos de unas 40.000 pernoctaciones, mantenemos las instalaciones y el servicio abierto y sobre todo hay trabajo para el centenar largo de personas que componen la plantilla, no cabe duda de que es un valor añadido», explica.

Ese razonamiento apunta a los trabajadores como los principales perjudicados, «supone un palo reducir un mes y medio su empleo. Nuestra idea era continuar», agrega Estrade.

En el caso del Farragut no es tan grave, permanecerá abierto hasta final de octubre, no tenía previsto continuar en noviembre, y la incidencia será mínima. «Perdemos clientes del Imserso durante las dos últimas semanas, pero seguimos trabajando con otros operadores. En cuanto al empleo, tal vez afecte a algún contrato eventual, nada más», señala el director, Salvador Ábalos.

Volverá a abrir sus puertas en febrero, para entonces se habrá normalizado el programa de vacaciones