Este martes se ha iniciado en Menorca la campaña contra la gripe. | Javier Coll

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El Área de Salud de Menorca ha empezado a distribuir este martes las 9.000 dosis de vacunas contra la gripe estacional incluidas en la campaña que promueve la Conselleria de Salud en Balears y que, esta temporada, se alargará hasta el próximo 19 de diciembre.

Según comenta la coordinadora de Vacunas, Antònia Galmés, la principal novedad de la camapaña es la incorporación de una composición específica en las vacunas que refuerza la inmunidad para los mayores de 65 años. “En la medida en que nos hacemos mayores respondemos menos a las vacunas, así que utilizamos dosis más potentes. Añadimos un plus”, explica. Asimismo, para los colectivos de riesgo menores de 65. Hasta ahora, se utilizaba una vacuna clásica integrada por dos componentes A y un componente B. En cambio, las vacunas de la actual campaña contienen dos componentes A y otros dos componentes B. “La gripe es un virus que siempre da sorpresas y cambia aleatoriamente. Con dos componentes nos aseguramos de proteger a un mayor número de la población”, indica.

Galmés también destaca que otro elemento innovador de la campaña es la difusión con el objetivo informar y concienciar e incrementar, así, la cobertura de la vacunación. Así, se han distribuido posters en los centros de salud, hospitales y ayuntamientos y, además, se han realizado anuncios en radio y televisión que, asegura, son más realistas que otros años para que puedan llegar mejor a la población.

El motivo de esta mayor dedicación a la difusión, asegura Galmés, es la facilidad con la que se banaliza esta enfermedad. “Las personas sanas, lo pasarán mal durante una semana, pero saldrán de la gripe sin complicaciones. El problema es que puede afectar de manera más grave a personas más vulnerables, denominadas como colectivos de riesgo”, explica.

Las personas incluidas dentro de los colectivos de riesgo y, por lo tanto a quienes se dirige la campaña además de a los mayores de 65 años, son los adultos con enfermedades crónicas, mujeres embarazados, personas de cualquier edad que viven en centros institucionales (como en la cárcel), personas no vulnerables pero que conviven con otras que sí lo son, personal sanitario o, incluso, a trabajadores de servicios esenciales.