En la actualidad están abiertas en la Isla nueve salas de juego, además del casino. | Gemma Andreu

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El control de acceso en las salas de juegos y apuestas así como en el casino del puerto de Maó es desde esta semana mucho más exhaustivo. La identificación a la entrada de los locales de todos los clientes –que ya se venía realizando mediante petición del DNI para evitar el acceso a menores de edad–, se efectúa ahora también mediante cámaras y un programa informático de reconocimiento facial, todo ello encaminado al cumplimiento estricto de la normativa y del registro de autoprohibidos en todas las Islas.

En Menorca las nueve salas de máquinas tragaperras y apuestas deportivas que están en funcionamiento, pertenecientes a las empresas Play Orenes, Tecno Center y Proture y Procusa Menorca, cuentan desde el pasado lunes con el nuevo control identificativo de todos los clientes que entran a los establecimientos. Algunas de las salas llevan días e incluso semanas haciendo pruebas con la nueva tecnología.

Este sistema consiste en el registro tanto del DNI como de la imagen (este último paso es voluntario) de las personas que acceden a las salas. El programa comprueba la edad y también coteja la información que recibe con la base de datos del Registro de Autoprohibidos de Balears, en el que en estos momentos hay inscritos 650 ciudadanos. En dicho registro constan las personas que no pueden entrar en casinos, bingos y salas de apuestas y de máquinas recreativas por petición propia o de sus familias, para evitar problemas de ludopatía.

La cifra específica de Menorca de estos clientes autoexcluidos no ha sido facilitada por el departamento de Juego de la Dirección General de Comercio por una cuestión de protección de datos.

Última tecnología
Cuando el cliente accede al local las cámaras de biometría captan su imagen y de inmediato avisan al responsable del local –mediante un smartwatch–, si no está registrado en el sistema. Se le invita a registrarse, con el escaneo del DNI y la firma en una tablet, además de una fotografía con la cámara biométrica. Si el cliente no desea constar con la fotografía, deberá identificarse cada vez que entre en una sala de juego de la empresa en cuestión; el reconocimiento facial facilitará su entrada ya que nada más ser captada su imagen el sistema detectará su identidad.

«La inmensa mayoría de nuestros clientes se registra», afirma Lluís Cruz, de Proture-Procusa Menorca, «es por su comodidad». Este nuevo sistema ha supuesto a las empresas de juego una importante inversión en tecnología. «Estamos al lado de la Administración para que el acceso de menores y de personas que lo tienen prohibido sea cero», declaran desde la firma Play Orenes. Cabe especificar que incluso cuando se accede a uno de estos establecimientos sin intención de jugar o realizar una apuesta deportiva, solo para el uso de restauración, también es necesaria la identificación.