Imagen del resultado de hacer botellón en Sant Joan. | Josep Bagur Gomila

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El alcohol es la droga más consumida por los jóvenes menorquines de entre 12 y 18 años. Está muy presente en el tiempo libre y en las relaciones sociales de estos menores de edad, pese a que la legislación prohíbe su venta a personas de menos de 18 años. Hay que recordar que el Govern anunció la legislatura pasada una ley de adicciones con la que pretende dejar claro que será ilegal que los menores beban alcohol, sin excepciones, tampoco en las fiestas populares. De ver la luz, esta ley prohibirá su consumo y no solo su venta. El Ejecutivo quiere abordar este asunto consciente de que la ingesta de alcohol por parte de menores se da mucho en las fiestas. En estos momentos, la barra libre está servida.

Las razones por las que empiezan a beber alcohol son claras. Lo ingieren, indican, para bailar y divertirse, gustar, tener nuevas sensaciones y facilitar la conversación y el contacto social. Y en Menorca, empezar a salir está vinculado a las fiestas patronales que se celebran en verano en los municipios y en donde la toma de alcohol se ha convertido ya en una práctica generalizada. Tanto que siete de cada diez menores de edad admiten beber durante las fiestas.

Así lo desvela un estudio elaborado a partir de 1.042 encuestas válidas entre los alumnos de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años y que están cursando estudios de Educación Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional tanto en centros públicos como concertados.

Las chicas beben más

Este informe sobre diferencias de género en el consumo de alcohol y otras drogas y conductas adictivas se incluye en el Annuari de la Juventut que se acaba de publicar. Concreta que el 38 por ciento de las chicas y el 36,7 por ciento de los chicos ha admitido que beben alcohol exclusivamente durante las fiestas. No obstante, si añadimos a estos porcentajes el número de jóvenes que consumen con regularidad, las cifras se disparan.

Si nos fijamos únicamente en los estudiantes que están cursando ESO, es decir, los más jóvenes de este colectivo analizado, el informe confirma que dos de cada cinco alumnos consume alcohol exclusivamente durante las fiestas de los pueblos. En 2006 la mitad de los encuestados indicó que bebía solo durante las fiestas.

Y en lo que respecta a emborracharse, lo ha hecho en alguna ocasión el 46,5 por ciento de los alumnos encuestados. Llama la atención que en la etapa de la ESO, las chicas se han emborrachado más que los chicos. En concreto, han admitido haberse emborrachado alguna vez el 31 por ciento de las estudiantes frente al 28 por ciento de los chicos. La mayoría, yendo de botellón.