La imagen corresponde al acto celebrado en noviembre, en un terreno de juego cuya sociedad propietaria tiene que asumir con urgencia sus obligaciones impositivas para evitar que el proceso de embargo ya iniciado se acabe ejecutando. | Javier Coll

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El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó comunicó este miércoles a los integrantes de la Sociedad Anónima San Carlos, propietaria del campo de fútbol que utiliza la Unión Deportiva Mahón, que el embargo efectivo de este espacio será inminente si no se salda en un corto espacio de tiempo una deuda pendiente con el Consistorio de 97.000 euros. Este importe corresponde al Impuesto de Bienes Inmuebles no abonados desde 2007, a pesar de que lleva bastantes tiempo ya bonificándose al 95 por ciento. Unos 40.000 euros corresponden a los intereses de demora. Desde el equipo de gobierno explicaron que la ejecución del embargo es en estos momentos ineludible a nivel administrativo y, aunque no se dieron plazos concretos, se habló de urgencia y de tiempos muy cortos para tratar de encontrar una salida.

De llegar a materializarse la ejecución del proceso de embargo del terreno de juego, este pasaría a ser subastado para poder satisfacer el importe. El Ayuntamiento de Maó podría adquirirlo. La situación fue expuesta ayer a los miembros de la sociedad anónima. El expediente de embargo se registró en 2017. Sus cuentas ya lo están. Desde entonces, siempre según lo que se explicó en la reunión, el Ayuntamiento de Maó y la sociedad han intentado articular soluciones para ir abonando el IBI pendiente, pero no hay llegado a buen puerto. Desde mayo de 2018 el Consistorio dispone incluso de dos tasaciones del campo, ante la posibilidad de que se tenga que acabar materializando la subasta.

La situación del campo de San Carlos y la UD Mahón es peculiar. Al ser el terreno de juego de titularidad privada, cualquier inversión o intervención pública en el mismo es inviable o, como mínimo, conlleva una complejidad muy elevada, más aún con una administración pública cada vez más garantista a la hora de regular el gasto. Por ejemplo, un convenio firmado hace más de una década entre el Ayuntamiento de Maó y el club para la ejecución de unas obras todavía no se ha podido hacer efectivo por los reparos del servicio de Intervención municipal. Esto ha derivado en un déficit de inversiones respecto a otros espacios deportivos municipales, lo que desde el Consistorio se reconoció como un agravio y un perjuicio para la entidad deportiva.

La Sociedad Anónima San Carlos fue formada en 1940 por distintas familias de la ciudad, próximas al club deportivo, que era propietarios del campo de fútbol desde los años veinte. Con el tiempo su accionariado se ha ido atomizando y dispersando, con lo que cualquier decisión o interlocución se torna complicada. La UD Mahón, entidad que emplea el terreno de juego, es al mismo tiempo uno de los accionistas y su arrendatario.

Algunos intentos planteados de revertir esta situación y que pasara a ser municipal no han llegado a buen puerto por distintos motivos, entre ellos la complejidad del proceso. Se ha puesto sobre la mesa recientemente la fórmula del alquiler por parte del Consistorio mahonés con contrapartidas. No obstante, esto arreglaría solo una parte del problema, puesto que el campo seguiría siendo privado y las inversiones en él, en cierto modo, igual de complicadas desde el punto de vista administrativo. El alcalde Héctor Pons mostró este miércoles en la reunión la predisposición del Consistorio de que el campo pase a ser de titularidad pública. Su voluntad, dijo, no es parchear el problema actual sino resolver la situación a largo plazo.