Camión cisterna de la empresa Valeriano Allés cargando agua de la depuradora de Es Castell para llevarla a la central | Javier Coll

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La central de Endesa en el puerto de Maó ya ha puesto en funcionamiento el nuevo sistema de refrigeración de las turbinas, que debe permitirle cumplir con la directiva europea de emisiones industriales a partir del 1 de enero de 2020 y evitar así sanciones e incluso la clausura de grupos. Lo ha hecho en una fase de pruebas, a tres semanas vista de esa fecha límite impostergable, pero desde la compañía eléctrica aseguran que los alrededor de cinco camiones que cada día están abasteciendo la térmica de agua de la depuradora ya están propiciando una reducción considerable de emisiones, concretamente de óxidos de nitrógeno (NOx), que cuando el sistema esté plenamente operativo descenderán más de un 70 por ciento.

Cabe recordar que el proyecto para cumplir con la reducción de emisiones que marca la Comisión Europea sigue, no obstante, pendiente de las obras de canalización para que el agua de la depuradora de Maó-Es Castell llegue directamente a la central. Los trabajos se están desarrollando ya en las calles de la ciudad de Llevant, pero después de una larga y tortuosa tramitación no se prevé que concluyan hasta entrada la temporada turística del año que viene, probablemente en junio o julio. Mientras tanto, el ‘plan b’, la solución transitoria por la que se ha optado, es el traslado del agua en camiones.

Según ha podido confirmar este diario, Endesa ha adjudicado las labores de transporte a una empresa menorquina, en concreto Valeriano Allés, que según explicó ayer aporta camiones con capacidad para 27.000 litros y en las últimas semanas ha abastecido la central con caudales cambiantes debido precisamente al ajuste que se está llevando a cabo del sistema para su entrada en funcionamiento a final de año con todas las garantías.

Según información de la compañía, dependiendo de la demanda eléctrica, serán necesarios hasta 16 camiones diarios que realizarán viajes de ida y vuelta. Ya se conoce el trayecto por carretera de esos pesados vehículos, que por sus dimensiones no cuentan con demasiadas alternativas. Parten de la depuradora de Llevant, ubicada en el polígono de Es Castell, se incorporan a la carretera Maó-Es Castell, toman la Vía Ronda en la rotonda de Abu Umar, recorren toda la arteria de circunvalación de Maó hasta bajar por la cuesta de ronda que conecta por el puerto y encarar el último tramo hasta la central térmica.

Cabe tener en cuenta que el sistema de refrigeración requiere que el agua que se inyecte sea de una gran pureza. A pesar de que se ha instalado un sistema de ósmosis para su depuración, en estos momentos se calcula que aproximadamente el 50 por ciento del agua es rechazada. Los camiones vuelven a cubrir ese trayecto en sentido contrario con el agua sobrante. La vuelven a verter en la depuradora y recargan para un nuevo trayecto. Ese vaivén de camiones, que se intensificará en momentos con más demanda, formará parte del día a día de la zona del levante en los próximos siete meses.