La estación depuradora de Sant Lluís cuenta con tratamiento terciario para poder usar el agua para el riego | Javier Coll

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La estación depuradora de Sant Lluís ya no da más de sí. La Comisión Balear de Medio Ambiente advierte de que la instalación, en marcha desde 1995, está «al límite de su capacidad» y es «insuficiente para tratar los caudales y cargas en temporada alta», además de arrastrar importantes deficiencias por la obsolescencia de los elementos que la componen, que en su mayoría han llegado al final de su vida útil. Se hace necesaria una urgente ampliación y mejora si se quiere evitar un «riesgo ambiental».

El ente dependiente del Govern ha emitido informe favorable a la declaración de impacto ambiental del proyecto que la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua) está tramitando, que tendrá un coste de 2,9 millones de euros y que debe servir para dimensionar la depuradora a las necesidades de una zona con una fuerte estacionalidad en la actividad turística.

Cabe tener en cuenta que entre los meses de noviembre y febrero, la depuradora de Sant Lluís opera en condiciones mínimas, generalmente con una sola línea de tratamiento biológico, para dar servicio a una población equivalente de 6.137 habitantes. Y en los meses de mayo y octubre la carga se incrementa hasta los 14.885 habitantes, obligándola a funcionar con las dos líneas de tratamiento. Entre los meses de junio y septiembre la situación se complica, forzando a la depuradora a operar a pleno rendimiento para una población equivalente de 20.204 habitantes. Eso supone multiplicar más que por tres la carga entre invierno y verano. El proyecto de mejora se sitúa en un escenario de crecimiento y ajusta el diseño de la ampliación y la reforma a una población equivalente de 30.000 habitantes.

En respuesta al largo listado de deficiencias que arrastra la instalación, que además no tiene completado el emisario marítimo terrestre, se ha planteado un proyecto que implica, entre otras muchas actuaciones, la construcción de un nuevo edificio de pretratamiento, la instalación de nuevas bombas y agitadores, la demolición de algunos elementos envejecidos y un nuevo edificio de control. Todas ellas son actuaciones en el interior del recinto que no implican un cambio de sistema de tratamiento, pero que sí permitirán darle una capacidad modular para caudales muy cambiantes y estacionarios.

El proyecto también implica actuaciones en el exterior del recinto, para las que será necesario que el Consell inicie la tramitación de la declaración de interés general. Se trata de la modificación del suministro eléctrico con una nueva línea soterrada de media tensión, que vendrá acompañada de dos centros de transformación.