Fachada de la firma dedicada a la fabricación de zapatillas y abarcas en Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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Las pequeñas empresas de calzado de la isla atraviesan momentos difíciles. Si 2019 se despidió con el cierre de una de las fábricas veteranas, Salord Jover, cuyo proceso para finiquitar el negocio concluye este mes de enero, ahora le ha tocado el turno a Calzados Trigono SL, una pequeña empresa creada en 1994 y dedicada a la fabricación de zapatillas y abarcas de piel. En su sede de la calle Lepanto de Ciutadella ayer comenzaba la retirada de mobiliario del interior, previo al cese de la actividad, confirmado por fuentes de toda solvencia y comunicado ya a la plantilla. Trigono daba empleo directo a tres trabajadores fijos en la actualidad, aunque el personal había sido recortado en los últimos años debido a la negativa evolución de las ventas.

Los sindicatos mayoritarios indicaron ayer que hay más pequeñas empresas en Ciutadella que tienen problemas, algunas están inmersas en una negociación interna para buscar una viabilidad que cada vez es más complicada, debido a múltiples factores, algunos relacionados con los nuevos hábitos de consumo –la compra online es la ‘bestia negra’ de los comercios y fabricantes locales–, y otros con la competencia que ejercen las grandes multinacionales de la moda.

Calzados Trigono S.L., según la información financiera que consta en el registro mercantil, finalizó 2018 con ventas por un valor de 195.156,95 euros y unos resultados netos declarados de 35.752 euros. La senda descendente en las ventas se había iniciado antes. En 2016, cuando contaba con cinco trabajadores, las ventas sumaron 297.966,34 euros, cifra que bajó a 276.863,73 euros (un 7 por ciento menos) en el año 2017. Los resultados contables del ejercicio 2018 depositados por la mercantil muestran una fuerte caída del 29,5 por ciento en un año, con 195.156 euros en ventas, 81.706 euros menos que al cierre de 2017. Cifra que da una idea de las dificultades que ha atravesado la empresa y que ya llevaron en ese momento al recorte de empleos.

En la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca caía la noticia como un jarro de agua fría. Su presidente, Juan Carlos Fernández de Salort, manifestó que la industria manufacturera en general, también en el ámbito nacional, está notando un estancamiento del consumo. «A nivel federación estamos intentando crear estructuras para ahorrar en la gestión y en los temas administrativos», señaló. En cuanto al consumo, añadió que las noticias no son tranquilizadoras, ni en el mercado doméstico ni en el internacional «por todos lados hay fuegos», lo que retrae las compras. Fernández de Salort consideró también que las pequeñas empresas se ven «asfixiadas» por la Administración y carecen del personal suficiente para dedicarlo a bregar con la burocracia.