Imagen de las obras que se desarrollaban en un hotel de Punta Prima antes del parón | Gemma Andreu

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Hacer pruebas diagnósticas a todos los trabajadores para garantizar que las obras se reanudan con las máximas garantías. Es la propuesta que lanzó este lunes el presidente de la delegación menorquina del Col·legi Oficial d’Arquitectes de Balears (Coaib), Enric Taltavull, una de las primeras voces del sector en advertir de la necesidad de paralizarlo, que en un principio quedó exento de la orden de cierre del Gobierno.

Taltavull denunciaba entonces que el protocolo acordado entre el sector y el Govern para evitar contagios entre las personas implicadas en una obra, el distanciamiento y la autoprotección, aunque positivo, eran de muy difícil o imposible cumplimiento. Y ahora que el Gobierno tiene la intención de permitir la reanudación de la actividad en una semana sigue defendiendo lo mismo, dadas las particularidades de los proyectos de construcción y reforma.

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«La situación cambiaría radicalmente si se hiciesen test de manera masiva, lo que nos permitiría estar seguros», explicó, señalando a las medidas en este sentido tomadas en otros países como Corea del Sur, donde la pandemia ha sido controlada mucho mejor que en España.

Prudencia

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción y Promotores de Menorca, Josep Olives, deja claro que «la salud es lo primero, por encima de la economía», pero también que «cuanto antes se pueda empezar mejor, siempre que contemos con todas las medidas de seguridad y que los promotores nos quieran. Todos queremos comenzar a trabajar». Olives expone una gran duda de muchos en el sector, qué pasa si se reanudan las obras con las empresas que han presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y que todavía no han recibido respuesta. Responsables de las grandes patronales, tanto CAEB, como PIME, declinaron ayer pronunciarse a la espera de analizar la situación con sus asociados.