Las empresas de alquiler de coches de la Isla esperan una reactivación del turismo, sobre todo nacional

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Todos los coches parados, algunos acabados de comprar sin fecha probable de estreno. Gastos fijos al mínimo, con cancelaciones de pólizas de seguros y expedientes de regulación de empleo temporales en marcha. Incógnitas sobre lo que viene, compartida con el resto de actividades económicas vinculadas al turismo. Y, en este entorno tan gris, las empresas de alquiler de coches de la Isla esperan que una reactivación del turismo, sobre todo nacional, en pleno verano les permita evitar una temporada turística completamente nula, a pesar de que la llegada de clientes extranjeros, especialmente del Reino Unido, se da por prácticamente perdida.

«Igual enganchamos algún español entre julio, agosto y septiembre», comenta Joana Capó, de la Asociación Empresarial Menorquina de Alquiler sin Conductor, integrada dentro de PIME. El mercado extranjero se da por extremadamente complicado, pero se confía en arrancar al menos una parte de la flota para, por ejemplo, «el veraneante de segunda residencia, que es muy regular y es el cliente habitual de las empresas pequeñas locales». Coincide en este aspecto con José Luis Valls, de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos Con y Sin Conductor de Balears, «la esperanza es el turismo de nivel medio-alto español, que opta por empresas de alquiler que les ofrecen confianza, las pequeñas de la Isla. Yo tengo clientes desde hace treinta años». Y siempre con la mirada puesta exclusivamente en la opción de «julio y agosto, me daría por satisfecho, al menos no sería un cero».

Antoni Masferrer, de la Asociación Balear de Empresas de Alquiler de Vehículos que agrupa a los ‘rent a car’ de mayor envergadura, es más cauto y argumenta que Menorca tiene un turismo muy estacional, centrado en el verano, lo que permitiría poder salvar algo los muebles si la actividad se abre en julio y agosto, «aunque todo esto está por ver aún, no sabemos si vendrán turistas o no». Ante esta incertidumbre, algunos, como Capó, prefiere partir de la base que «la temporada está perdida, y lo que venga, bienvenido será».

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Algunas empresas, comenta José Luis Valls, estaban trabajando ya con el Imserso cuando se produjo la crisis. Los coches volvieron entonces a los garajes para seguir generando gastos sin ningún tipo de ingreso. Un parón en seco, puesto que los ‘rent a car’ pueden prestar servicios a actividades esenciales, pero este es un mercado minúsculo, prácticamente residual. De momento, la supervivencia pasa por unos gastos mínimos y la esperanza de que haya algo de temporada.

Coches nuevos en los garajes que no saben cuándo estrenarán

Los coches, recién comprados o no, van acumulando antigüedad sin poder amortizarse, con créditos que deben satisfacerse. Algunas empresas adquirieron nuevas unidades a finales del año pasado porque era más beneficioso fiscalmente. Muchos son los que han podido parar los pedidos en marcha, frente a empresas de mayor envergadura que habían traído a la Isla algunas unidades. Aquí se quedan a esperar acontecimientos. Sí dio tiempo antes del parón económico de deshacerse de los más usados con ventas a particulares. En cuanto a los recursos humanos, abundan los fijos discontinuos y los refuerzos puntuales de temporada alta, que peligran de forma severa ya que no habrá suficiente volumen de trabajo. Se estima que el sector tiene en la Isla alrededor de setenta empresas, de las que algo más de medio centenar son locales.