Las agencias de viaje gestionan un enorme volumen de reclamaciones ante los proveedores. | Josep Bagur Gomila

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La cancelación masiva de vuelos provocada por el estado de alarma ha sacudido al sector turístico menorquín, pero el frenazo en seco del flujo de turistas es un problema de doble dirección y no solo afecta a las llegadas previstas, sino también a las salidas. Miles de menorquines han visto frustrados viajes y vacaciones y ahora afrontan una auténtica odisea si pretenden recuperar el dinero gastado.

Aunque durante la primera semana de estado de alarma las compañías aéreas reembolsaban billetes, tras el alud de reclamaciones recibidas han cortado el grifo y en su lugar ofrecen bonos. La legislación les ampara, explica Xisco Mulet, presidente de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Balears (Aviba). El Real Decreto Ley 11/2020 permite la emisión de bonos de compensación con el único aval de la propia compañía y en el caso de que el cliente solo quiera dinero establece mecanismos para que ese pago se retrase. El objetivo es evitar el riesgo de que una pérdida repentina y masiva de liquidez ponga en jaque a las aerolíneas.

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Si el cliente acepta el bono que se le ofrece tiene un año desde el fin del estado de alarma para volver a viajar con el bono. Si no lo acepta tiene pleno derecho a recibir el dinero, pero «tendrá que tener paciencia», explica Biel Pons, propietario de Viatges Magon. El mecanismo de reembolso se activa transcurridas ocho semanas sin acuerdo entre las partes. También los que han aceptado el bono tienen la puerta abierta a recuperar el dinero, pero en este caso deberán esperarse sin canjearlo a que pase ese año. Todos esas condiciones rigen solo para servicios cancelados en el periodo de estado de alarma. Si el cliente cancela vuelos más allá del 26 de abril la gran mayoría pierde el dinero.

Es imposible calcular cuántos menorquines han sufrido cancelaciones o tienen viajes comprados en los próximos meses, pero Pons estima que son miles solo los que han recurrido a las agencias, ni qué decir los que lo han adquirido por internet.

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