Los negocios no creen que la actividad sea sostenible con las condiciones impuestas | Gemma Andreu

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Un hálito de esperanza, pero mucho desconcierto y muy pocas expectativas de reabrir cuando empiece la fase 1, previsiblemente el 11 de mayo. Sectores turísticos como la hostelería, el alojamiento y los negocios de turismo activo han recibido el plan de desconfinamiento presentado por el Gobierno de Pedro Sánchez con una sensación agridulce. Por una parte se empieza a ver la luz al final del túnel, pero por otra surgen muchas dudas sobre la letra pequeña de la reapertura y sobre la conveniencia de volver a la actividad con el primer esbozo de la desescalada, que reduce mucho las ocupaciones y, sobre todo, deja para mucho más adelante la apertura de la Isla a los visitantes , la principal clientela.

Dudas

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Las pautas ofrecida por el presidente del Gobierno generaron este miércoles un alud de peticiones de información a las principales patronales de la restauración. Las dudas giran alrededor de esa sucinta restricción de reducir la actividad de bares, cafeterías y restaurantes a la terraza y con una ocupación del 30 por ciento. ¿A qué se refiere ese 30 por ciento? ¿Qué distancia deberá haber entre mesas? ¿Qué medidas de protección habrá que tomar? Pocas respuestas a la espera de que esas condiciones de reapertura se concreten. La gran certeza es que más allá de algunos pequeños negocios que no tengan empleados, el negocio será inviable. La vía de salida puede ser que los ayuntamientos autoricen ampliaciones de ocupación

Desde el sector hotelero muy pocos se plantean abrir puertas el 11 de mayo sin contar con el ingrediente básico para que el negocio funcione, los clientes, en una inmensa mayoría turistas. A lo sumo, señalan desde la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), pueden planteárselo algunos establecimientos pequeños, tipo los hoteles-boutique de las ciudades. La batalla de la patronal se centra en la elaboración de una propuesta de protocolo de apertura y la salvaguarda de los empleados, con la prolongación de los ERTE que se negocia con el Gobierno. Por su parte los negocios de turismo activo tampoco ven viable abrir, más allá de los que organizan excursiones a caballo. La primera fase del desconfinamiento parece que va a pasar de largo para el sector estrella de la economía insular.