La TCP de Air Nostrum Sandra es una de las miembros de la tripulación que cubre las primeras operaciones de la compañía tras la crisis del coronavirus | Air Nostrum

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Un vuelo de Menorca con destino Mallorca puso fin este domingo a 56 días sin operaciones de Air Nostrum, que tuvo que frenar su actividad por la crisis sanitaria del coronavirus (COVID-19).

Según ha informado Air Nostrum este martes en una nota de prensa, el vuelo CrJ1000 que despegó del aeropuerto de Menorca con destino Son Sant Joan (Palma) a las 07.05 horas del pasado domingo, con 13 pasajeros a bordo, ha puesto fin a 56 días sin operaciones por parte de la aerolínea, en lo que ha supuesto la primera vez sin vuelos en la historia de la compañía.

En este sentido, Sandra, una de los miembros de la tripulación de estas primeras operaciones, ha expresado, "realmente echaba de menos volar, me apetecía mucho subir al avión, despegar y cambiar de ciudad"; mientras, otra miembro de la tripulación, Ana, ha afirmado, "uf, tenía ya muchas ganas, y todo el mundo parecía contento de volver a vernos, los compañeros de vuelo, la gente del aeropuerto y los propios pasajeros".

Ambas ha reconocido, además, que la operación interislas tiene sus particularidades, al ser vuelos cortos con pasajeros habituales. "La verdad es que la mejor entrada que podíamos tener en el regreso a la operación es con los interislas porque llevamos gente que vuela mucho y a la que no hace falta decirle nada", ha señalado Ana.

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Por su parte, Alberto, quien es el responsable de Handling en Son San Joan ha coincidido con sus compañeras en que había bastantes ganas de volver. "Da mucha alegría ver caras conocidas, aunque sean caras enmascaradas", ha bromeado.

En cuanto a los protocolos, ha hecho hincapié en que ahora hay una limpieza exhaustiva y se desinfectan los aviones a fondo para mayor seguridad.

La TCP Sandra, por su parte, ha asegurado al respecto que "pensó que igual se agobiaba con mascarilla y guantes, pero con el aire acondicionado no pasas calor y te acostumbras rápido".

Mientras, Ana, ha confesado, "reconozco que no es igual que antes. De pronto tienes que acordarte de que no puedes acercarte a los
pasajeros como antes, y la verdad, te cuesta no tratarles más cerca. Pero en el fondo yo creo que ellos agradecen que nos pongamos esa barrera, les proporciona tranquilidad".