Entrada a la clínica Dentix en Maó, en el cruce de Ses Moreres y Sa Rovellada de Dalt. | Gemma Andreu

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El centro insular de consumo ha acumulado entre 2019 y lo que va de 2020 un total de 19 quejas formales de pacientes de Dentix, la red de clínicas dentales con presencia en Maó, pero solo hay que darse una vuelta por las redes sociales para ver que el malestar se extiende y muchos pacientes temen que la empresa no abra más y ellos se queden sin los tratamientos que en muchos casos aún están pagando. Ante la falta de información sobre su reapertura, los teléfonos que no responden y las noticias sobre su petición de declararse en concurso voluntario de acreedores, los clientes han comenzado a organizarse para realizar consultas legales y si llega el caso, presentar una demanda colectiva.

Dentix informa en su página web del inicio de la desescalada en sus clínicas, asegura que se irán abriendo de manera progresiva, ya que se deben implementar los protocolos que garanticen la seguridad debido a la pandemia de covid-19. Ofrece la posibilidad de pedir cita on line si no se es cliente y un teléfono de atención para los que ya son pacientes, pero tanto en el número 900 como en el fijo de la clínica de Maó ayer solo se podía escuchar el mismo mensaje: que las clínicas reabrirán cuando vuelva la normalidad, es decir, pasado el estado de alarma.

«He llamado a la financiera y me han dicho que irán abriendo y que no es cierto que el concurso de acreedores se haya aprobado», explicaba ayer al MENORCA uno de los pacientes, que prefiere mantener su anonimato, y que explica que durante estos meses de confinamiento ha tenido una urgencia y ha acudido a otro dentista privado «porque me dolía». Asegura que no presentará una demanda individual pero apoyará una acción colectiva si es necesario, porque no ha recibido un buen servicio de Dentix, donde le practicaron una endodoncia. «A mí solo me queda una cuota por pagar, hay gente con problemas mucho más serios», asegura. «El Estado no da garantías, debería hacer algo para que no se den más estos casos, que la gente no se quede colgada», lamenta.

Como este paciente, Lourdes también se siente estafada por la clínica, ya que «hace cinco años que llevo brackets, siempre van cambiando de ortodoncista y nunca me los quitan, siempre surge algo». Pagó 4.100 euros por el tratamiento y ya cumplió con sus cuotas, acabó en 2018, y lo financió con un crédito facilitado a través de Dentix con la financiera Bansabadell Fincom EFC. Sigue pendiente de unos implantes que ahora ve peligrar. El último día que pasó por la consulta fue el 4 de marzo, antes del estado de alarma; después se quedó sin gomas para su aparato dental y cuando llamó, le dijeron que no tenían y que las comprara en una farmacia. Como allí no las encontró, le sugirieron que fuera a otro dentista, a lo que se negó porque ya tiene pagado su tratamiento. «Después de tres meses sin usar las gomas los dientes se me están abriendo, se ríen en tu cara», afirma enojada, «ahora ¿tendré que pagarme otro tratamiento? no sé que voy a hacer». En febrero puso una queja en la oficina de consumo.